martes, 17 de octubre de 2017

Himalayas 2017

En la imagen, el monte Balakun de 6110 m al fondo del valle por donde transitaron los cinco pándavas camino de la Iluminación. 
Ocho años atrás, en mi primera visita, dos grandes lenguas de glaciar se podían observar a ambos lados de la montaña. Hoy, solo las morrenas dan fe de su existencia pasada.

Inicio de viaje: Vuelo Santander-Madrid, Madrid-Londres, Londres-Dheli
En Dheli, como esperaba, no estaba mi maleta. Iba prevenido; lo importante y necesario, en la mochila. Del aeropuerto al evento de Ananda en Gurgaon.
Conferencia de Jyotish y Devi. Parecía una continuación del retiro intercontinetal de Kriya celebrado con anterioridad en Assisi.

Tras la conferencia encuentro con el resto de la expedición y primera comida indiana.
En la tarde visitamos en Dheli el Templo de Chatarpur, un inmenso templo con numerosas salas considerado uno de los mas grandes de la India. El templo está dedicado a Shiva.
 Primera noche en el Hotel Red Fox próximo al aeropuerto y a continuación, bien temprano, salida en tren hacia Naukuchiatal. El sufijo tal indica la existencia de lagos en la región.
Durante el recorrido en tren recibimos abundante desayuno y comida.

Llegamos  a la estación de Kathgodan, donde finaliza la vía ferrea. El autobus que nos estaba esperando, tras tres horas de viaje, nos dejó en las amplias instalaciones del hotel Lake Resort, que, como su nombre indica y es característico de la región, estaba justo enfrente de un hermoso y amplio lago.
Fotografía del grupo en Lake Resort con el lago a las espaldas.
Mongolia (rusa), Perú, Austria, Alemania, Italia, Estados Unidos y España constituian las nacionalidades de los asistentes.
Un taxi me trajo la maleta, bastante mojada por cierto. Pero también había previsto este incidente y mi ropa, colocada en bolsas de plástico cerradas, estaba bien sequita. También llegó abundante provisión alimenticia: aceite de lino, semillas de chia y de calabaza, levadura de cerveza, lecitina de soja, pistachos, cacahuetes y almendras.

Con sede inicial en Lake Resort realizamos diversas actividades entre las que destacan las visitas a:
1º) Swami Bankandha Maharaj (San Francisco Baba)
Dos sanguijuelas salieron a recibirme durante la ascensión al ashram del yogui. Tigres, monos y otros elementos son habituales en la zona. El yogui se caracteriza por su amor a los animales.

Tras el satsang con el swami, ayudados en la traducción por su discípulo (auténtica imagen del gerrero) fuimos obsequiados con una comida. Un mono intrépido me arrebató el plátano. Yo estoy justo al final de la fila.

2º) Swami Paramananda Giri (1889-  ).
Una vez más puede escuchar de sus labios su fecha de nacimiento, 1889, lo que indica una edad de 128 años. El yogui, que el día anterior había sido hospitalizado por problemas de corazón, amablemente accedió a recibirnos. Alegre y jovial compartió unas horas con nosotros. 
Fue especialmente agradable para mí escuchar como pronunció el nombre de Babaji, con acento en la segunda a, ya que generalmente se pronuncia  Bábayi; sinembargo, cuando compuse la canción a Babaji (no había escuchado el nombre con antelación) lo pronuncié Babáyi, según la lectura correcta en castellano, al no escribirse el nombre con acentos. También agradezco su bendición especial.

Cuando finalizamos el satsang gentilmente salió a despedirnos con su habitual jovialidad.

Este notable yogui, antes de retirarse a su vida monástica, ejerció en su juventud durante diez años la profesión de médico, habiendose formado en las prestigiosas universidades británicas.

En su niñez fue presentado a Lahiri Mahasaya y posteriormente conoció a Sri Yukteswar y a Paramhansa Yogananda. En diversas ocasiones tuvo encuentros con Babaji y permaneció durante diez años con la santa Ananda Moi Ma, quien apreciaba sus grandes dotes de organización.

La edad parece no hacer mella en este yogui que manifiesta un movilidad y fortaleza propias de una persana sana y joven.

Dió diversos vislumbres del futuro coincidentes con predicciones de Yogananda.

3º) Swami Mahantji Giri ( El swami de la jungla)
Camino de Kausani, tras visitar el ashram de Neem Karoli Baba, donde estaba prohibido hacer fotografías, continuamos camino hacia el escondido ashram del yogui de la jungla.
Lahiri Mahasaya y Sri Yukteswar honraron con su vista este santo y hermoso lugar.

De la pequeña laguna que recoge las aguas de una imponente cascada obtuve algunas piedrecitas imaginando que, tiempo atrás, estuvieran en contacto con los santos pies de Lahiri, aquel que, en el monte Drongiri, se dirigiera a Babaji diciendo. "angélico Gurú, ya que has beneficiado al mundo con...."

Las altas vibraciones de estos yoguis perduran en el tiempo y los lugares las conservan.

El swami que actualmente reside en este ashram, que realiza una profunda labor social, no se encontraba en él.

Volvimos a Kausani a dormir en el Suman Royal Resort




4º) Visita al complejo de antiguos templos de Baijinath


5º) Visita a la Cueva de Babaji
Al día siguiente partimos hacia Kukuchina, donde finaliza la carretera, para visitar los santos lugares donde se produjo la iniciación de Kriya Yoga, que Babaji dio a Lahiri, en el año 1861.
Antes de iniciar la ascensión tomamos un "chai" reconfortante en el bar que se encuentra donde termina la carretera.

Poco a poco fuimos ganando altura por estrechos senderos que serpenteaban por empinadas vertientes. Una frondosa vegetación adornaba el imponente paisaje.

En la Autobiografía de un Yogui
se hace referencia al Monte Drongiri
donde tuvo lugar la iniciación en kriya y se relata entonces que Lahiri Mahasaya, en aquel momento, necesitó purificación, retirándose acostado sobre una roca próxima al rio. Busqué posibles lugares donde este hecho pudo haber tenido lugar y me pregunté si sería la roca de la fotografía la agraciada.

Tras hora y media de ascensión llegamos al lugar anunciado.
Dadas las dimensiones de la cueva (está tapiado su interior) tuvimos que hacer dos turnos de meditación en su interior.


Volviendo a Kukuchina regresamos al hotel en Kausani.

Al día siguiente iniciamos el largo viaje a Badrinath haciendo noche en Pipalkothi.


Por fín, tras largas horas de sinuoso e impresionante viaje, remontando el curso del rio Alakananda, alcanzamos Badrinath y nos instalamos en el hotel Sarovar.
En los cinco días que permanecimos en el area realizamos diversas actividades:

a) Satsang y darshan con el yogui Mauni Baba, Dharmaraj Bharati
Este yogui, siendo un niño sintió la llamada de Babaji, abandonó su hogar y supo encontrar solo el peligroso y difícil camino a Badrinath. Aunque durante muchos años permaneció en silencio, recientemente ha abandonado esta práctica dedicándose a la enseñanza del kriya yoga.
Actualmente está construyendo un amplio ashram en Rishikesh.

b) Satsang y darshan con el joven yogui Hanuman Baba
En las cuevas interiores del ashram realizó una completa puja a Durgha.
Se puede contemplar una panorámica de Badrinath desde este ashram.

c) Satsang con el avanzado Swami Svirupananda
Tuvimos en el hall del hotel un interesantisimo satsang con este avanzado swami, que es uno de los pocos que pasan el invierno en Badrinath.

Respondió con profunda sabiduría todas las comprometidas preguntas que se le hicieron.
Su disertación sobre la levitación fue realmente profunda y completa.

d) Visita a la colonia tibetana de Mana
Como indica el rótulo es la última población de la India  por estas tierras.
En esta localidad se encuentra la gruta de Ganesha donde se escribió el Mahabarata y un poco más arriba la gruta de Byasa, su inspirador. Hablamos de cinco mil años atrás. Visitamos también la roca de Bima y el rio Sarasvati que une sus aguas al Alakananda.

e) Visita a la cascada de Vasudhara
Atravesando Mana y siguiendo por el camino de la izquierda, remontando el Alakananda, nos adentramos en el Valle de la Iluminación buscando el famoso salto de agua.
A nuestras espaldas estas impresionantes montañas
Hay abundante presencia del ejercito.
Al frente, poco a poco, vamos avanzando y ganando altura.
 El panorama se abre a cada paso.
A la izquierda, esta majestuosa montaña. Es el Nilkantha de 6600 m.
Por fin aparece la cascada de Vasudhara, ahora muy mermada.



Observando las personas en la base puede comprenderse el colosal tamaño de la cascada en el deshielo.
Después de recibir una ducha santificante continuo al frente mientras el grupo medita en las inmediaciones de la cascada.

 Todo el valle está lleno de rincones sagrados reflejados en el Mahabarata.
Ahora puedo divisar el Nilkantha en su ladera norte agigantado a mi izquierda, quedándose atrás
 y al fondo del valle el impresionante bloque negro del monte Balakun de 6110 m.
 
Observo una linea de rocas muy blancas y me dirijo hasta ellas alcanzando el punto mas avanzado antes de volver con el grupo. Ahora el Balakun muestra a sus lados las morrenas de los graciares que hace tan solo ocho años llenaban los valles laterales. Siguiendo por el de la izquierda, por donde asciende el Alakananda, se accede a la zona de Satopan, reino de Babaji.
La enormes rocas blancas constituyen los laterales del imponente cauce que se genera en el deshielo primaveral.

f) Buscando la nieve del Nilkantha
El valle del Nilkantha se asoma encima de Badrinath
A la una y media, después del satsang con Hanuman Baba, inicio la rápida ascensión sabiendo que el tiempo de que dispongo es escaso.
Al principio el camino es confortable aunque la ascensión y la altura ejercen su efecto. Las nieves parecen estar ausentes.
A medida que avanzo, cuando el valle gira a la izquierda, parece alargarse y hacerse más profundo. La nieve se aleja de mi, pero asciendo con la firme resolución de llegar a alcanzarla.

El sendero es cada vez mas irregular y estrecho.
El valle parece no terminar nunca.

Recuerdo la determinación de Yogananda frente al funcionario que le indicaba que todo estaba completo en el City of Sparta. "Yo voy", repetía, "anota mi nombre".

Yo también pensaba: "Yo llego", "yo voy hasta la nieve" y lo repetía mentalmente una y otra vez.

También venía a mi memoria el pasaje de la Autobiografía donde Yogananda repetía a sus discípulos "solo una vez más", "solo una vez más" cuando alisaban el terreno con un madero.
Así, yo repetía mentalmente: "Un paso más", "un paso más".

Sabiendo la dificultad del esfuerzo, periodicamente ingería alimento apropiado. Necesitaba detenerme entonces, ya que caminar y comer no me permitía respirar adecuadamente.

A cada recodo del valle, este parecía alargarse más y más y la nieve se escondía esquiva.
A la izquierda del cauce del rio, cuando termina el estrecho sendero, encontré este pequeño refugio.
Ahora todo era tierra virgen. Busque la nieve más cercana y enfoque en ella toda mi atención intentando encontrar el camino mas adecuado. Pregunté. "Bábaji, ¿Habrá alguna sorpresa para mi? y entonces vi que algo parecido a un nevero que tenia un orificio negro, estaba un poco mas cerca. Agradecido redirigí hacia él mis intenciones.
Encontrándome en la margen izquierda del valle tenía el objetivo en la orilla derecha. Debía atravesarlo sorteando riachuelos por todas partes y terreno dificultoso. Pero la determinación seguia firme. Las distancias, en la alta montaña, se agrandan.
 El puntito negro estaba allí, pero la distancia parecía ser la misma a pesar del esfuerzo realizado.
"Yo voy", repetía sin cesar.
Siguiendo el empinado cauce de un arroyo que venía del puntito negro,
cautelosamente para no dañar mis rodillas,
fui ascendiendo hacia el objetivo.

Indudablemente se trataba de un nevero.

La frustracción adquirida ocho años atrás en mi primera visita a Badrinath por no alcanzar la nieve, iba ahora a tener justa satisfacción.


Se hacía tarde y nubes amenazadoras cubría el Nilkantha


Aquel puntito negro tenía ahora las dimensiones suficientes para poder introducirme facilmente en el interior de la cueva. Sobre las paredes de hielo dejé escrito el nombre de Babaji y mi inicial K.

Conseguido el objetivo y sabiendo que la noche me alcanzaría en el descenso, llamé por teléfono a Jayadev para comunicarle mi regreso tardío y exitoso.

Mi preocupación ahora, era alcanzar el sendero antes que la oscuridad me bloqueara en el mar de piedras en que me encontraba.
Cuando busqué mi linterna en la mochila, vi que no la tenía. Afortunadamente la luna, en cuarto creciente, me ayudaba a percibir cierta claridad sobre el sendero. Después de varios traspiés, cuando se ocultó tras las montañas, recordé que podía ayudarme de la luz del teléfono, lo que resultó muy útil el tiempo que duró la batería.
Fue un alivio, al fin, divisar las luces nocturnas de Badrinath.
Llegué a tiempo de la cena.

FInalizada la estancia en Badrinath descendimos hacia Josimath, donde visitamos el lugar sacro donde Shankara obtuvo la iluminación.
A mis espaldas el sagrado árbol con sus dimensiones gigantescas.
Continuamos viaje para dormir en Rudraprayag. El sufijo prayag indica confluencia de rios. El esta localidad el rio Alakananda engrosa sus aguas con el Mandakini River procedente de Kedarnath.

Camino de Rishikesh, por una impresionante y peligrosa carretera, nos detenemos en Devaprayag. Esta localidad es famosa por que aquí, al unirse el Alakananda (el que viene por la derecha) con el rio Bharigati, que procede del lejano Gangotri, el nuevo rio toma el nombre de Ganges.
En la visita de 2013 en el punto de confluencia se tomó la fotografía que sigue


 Antes de llegar al hotel Vasundara en Rishikesh, cumplimentamos las cuevas Vashista Guha y Arundhati Guha, a orillas del Ganges.
Vista desde el interior de la Arundhati Guha.

Como colofón a nuestro peregrinaje, en el último día de la puja a Dhurga, fuimos recibidos por la santa de Haridwar, Sri Rani Ma Tapastalhi Vatika
Nacida en 1906, la santa cuenta con 111 años.
Tiene una profunda relación con Lahiri Mahasaya, a quien ha visto en cuerpo y en visiones en esta vida (Lahiri dejó el cuerpo en 1895). Como ella misma cuenta, cuando Lahiri estuvo reencarnado como el rey Janaka, ella era hija suya.

Cuatro vuelos seguidos para alcanzar de nuevo el hogar terrenal:
Deradhun- Dheli; Dheli-Londres; Londres-Madrid y Madrid-Santander
En Santander, esta vez, la maleta si estaba esperándome.