domingo, 15 de marzo de 2020

4 Equilibrio Gúnico GUNAS Y CASTAS / ALIMENTOS SEGÚN LA GUNA / VITALIDAD


     GUNAS  y  CASTAS

Enseñan los Vedas que toda acción es engendrada universalmente por los atributos o gunas de Prakriti (la Naturaleza creada por Dios). Estas cualidades o gunas son tres (tamas, rajas y sattwa) y nadie en este mundo, ni entre las deidades del mundo astral, está exento de ellas. El cuerpo humano, los alimentos, como los demás productos de la Naturaleza Cósmica, se encuentran regidos de forma inexorable por estas tres cualidades que son el origen de la constante actividad.
Guna significa “hebra de una cuerda”. Así, las tres hebras de las gunas constituyen la cuerda que mantiene al alma atrapada en el ciclo de las encarnaciones.
El ser humano no puede permanecer inmóvil; está obligado constantemente a realizar actividades que, en función de la preponderancia de una u otra guna, serán positivas, negativas o neutras.
La guna tamas es negativa u obstaculizadora y genera el mal y la ignorancia. Las actividades nocivas o tamásicas inducen en el hombre una situación anormal e infeliz.
La guna rajas es neutra o activadora y produce cualidades que permiten el desarrollo material. Las actividades rajásicas son energizantes e inducen la normalidad y la posibilidad de disciplinar cuerpo y mente. 

La guna sattva es positiva y elevadora y genera cualidades que inducen el desarrollo espiritual. La actividad sáttvica es la acción física o mental que está guiada por la sabiduría o discernimiento del alma o del gurú. Las actividades de naturaleza sáttvica son beneficiosas para el ser humano y despiertan la conciencia divina guiándolo hacia la percepción pura del alma.
 



El predominio de alguna de estas cualidades sobre las demás determina el carácter o naturaleza de la persona. Así, es posible clasificar al ser humano en cuatro grandes clases:
Sudras
En los sudras predomina la cualidad tamásica, generadora de ignorancia, de tal forma que su forma de prestar servicios a la sociedad es mediante el cuerpo, con su trabajo físico y su meta (kama) es desarrollar la actividad con el deseo de satisfacer los sentidos.
Vaisyas
En los vaisyas predominan tamas y rajas que generan una mezcla de ignorancia y actividad, prestando servicio a la sociedad con su mentalidad o preparación, desarrollando actividades de agricultura, comercio o negocios en general y cuya meta (artha) es obtener beneficios personales y satisfacciones de los sentidos de forma controlada.
Kishatriyas
En los kishatriyas predominan las gunas rajas y sattva, que producen una mezcla de actividad e iluminación, prestando servicio a la sociedad, con el poder de su voluntad, realizando funciones administrativas, ejecutivas o en defensa de la sociedad (casta de guerreros o gobernantes) y cuya meta (dharma) es la autodisciplina en una vida de responsabilidad y correcta acción.
Brahmanes
En los brahmanes es sattva quien predomina, lo que lleva a una vida contemplativa, de elevación espiritual e inspirante, prestando servicio a la sociedad a través del espíritu con una vida de enseñanza espiritual y religiosa. Su meta (moksha) es la liberación.




El mundo también manifiesta la influencia de las gunas: el mundo físico es tamásico, el astral, rajásico y el causal, sattvico.



A nivel humano, es útil visualizar las gunas como movimiento de energía dentro del cuerpo.
TAMAS


La guna tamásica está asociada a una disminución, o a una retirada, de la energía. La dirección natural de tamas es hacia abajo, similar a la resaca que sigue a la ola. En el cuerpo humano, este flujo descendente de energía produce un sentimiento de depresión, el opuesto emocional de la euforia. La depresión es expresada por el lenguaje del cuerpo: columna doblada, espaldas caídas, boca plegada hacia abajo, mirada al suelo.
Sin embargo, si el movimiento hacia abajo es llevado hacia lo interno, la negación de la energía del guna tamásico puede transformarse en interiorización para encontrar paz interior, paz sáttwica.
Las cualidades tamásicas se caracterizan por: mente obtusa, pereza, indolencia, sueño excesivo, estupidez, pasividad, negatividad, cinismo, depresión, ignorancia, duda, timidez, miedo, hedonismo (apego a los sentidos), oscuridad, crueldad, falta de claridad y materialismo frente a espiritualidad.  La ociosidad, la vagancia o la pereza actúan como agentes paralizantes de la actividad física y mental. El ser perezoso está en un estado de indefensión ya que su alma está gobernada por el cuerpo y la mente.
 


RAJAS


 El guna rajásico es la corriente energizante en la Naturaleza, y también en el hombre mismo. Se manifiesta en el cuerpo como un movimiento ascendente; por este motivo, asociamos toda elevación de energía -sentimiento exultante, por ejemplo- a un flujo hacia lo alto. Con el desarrollo de la sensibilidad espiritual se muestra claramente que este flujo se manifiesta principalmente en la espina dorsal. Aun cuando nuestra conciencia no esté centrada en esa zona, un flujo ascendente de energía y de conciencia en el cuerpo produce la tendencia a mirar hacia lo alto, a estar en pie o sentado bien derecho y a sentirse “arriba” en la lucha de la vida.


Entre las cualidades rajásicas destacan: actividad, movimiento, energía, estimulación, excitación, inteligencia, creatividad, ambición, inquietud, agitación, irritabilidad, impaciencia, descontento, reacción sin reflexión, atracción y repulsión, obstinación, egocentrismo, obsesión, avaricia, emociones extremas (rabia, celos, orgullo, odio, maldad, pasión), egotismo (afán de hablar de sí mismo y considerarse el autor de sus acciones), dogmatismo, agresión, egoísmo, y cinismo.

 
SATTVA

 La conciencia del alma está más allá de todo estado activo. Para alcanzar este estado libre de actividad deben emprenderse acciones sáttvicas, buenas acciones que conduzcan al recogimiento interior. Son actividades sáttvicas la acción correcta, el control de los sentidos, la meditación, la introspección, la disciplina moral y el desarrollo espiritual.

Pueden considerarse cualidades sáttvicas las siguientes: veracidad, amor, calma, ecuanimidad, no violencia, sabiduría, belleza, bondad, éxtasis, hermandad, claridad, tolerancia, pureza, paciencia, perseverancia, confianza en sí mismo, armonía, concordia, fe, devoción, santidad, luminosidad, altruismo, humildad, equilibrio, felicidad, gentileza, compasión, honestidad, discernimiento, energía, clemencia, generosidad, integridad, disciplina, sinceridad, dulzura y coraje.


 Los alimentos, como todo lo creado, también manifiestas cualidades gúnicas. Su ingestión provoca en el ser humano la reacción gúnica correspondiente
 CLASIFICACIÓN DE LOS ALIMENTOS según su GUNA

Alimentos TAMÁSICOS




Son alimentos tamásicos los productos de comida “rápida” especialmente las frituras; las comidas demasiado copiosas que precisan mucha energía para su digestión; las comidas atrasadas de varios días; los quesos curados; las carnes de ternera o de buey; la carne de cerdo; las bebidas gaseadas; las bebidas alcoholicas; alimentos químicos o sintéticos; alimentos ricos en almidón o en azúcar refinado.


Alimentos RAJÁSICOS

Son alimentos rajásicos los alimentos congelados; alimentos en conserva; alimentos excesivamente cocidos; alimentos refinados y alimentos de sabor intenso; consumo excesivo de lácteos; carne de aves y carne de cordero; pescados; huevos; chocolate; té negro; café; tabaco; azúcar de caña; ajo; cebolla; pimienta; especias picantes.



Alimentos SATTVICOS

Son alimentos sattvicos los alimentos crudos; los de origen biológico; alimentos ligeros, simples o poco cocidos; alimentos ligeramente insípidos; semillas; frutos secos; todo tipo de nueces; coco; leche fresca de vaca; legumbres; semillas germinadas; algas; algarroba; cereales integrales; aceites de extracción en frio; verduras y frutas frescas.



CUALIDADES SATTVICAS DE LOS ALIMENTOS


Paramhansa Yogananda enseñó cuales eran las cualidades sáttvicas de muchos alimentos. Estas cualidades predominan, como puede comprobarse en los cuadros siguientes, en las frutas y verduras.








ALIMENTOS VITALES
Los alimentos que tomamos son útiles solo porque contienen energía pránica. Pero, aun así, este prana condensado (mayor información sobre "prana" en el equilibrio pránico)  necesita la acción de la energía vital para que pueda ser metabolizado y asimilado por el organismo.  Un alimento que en su digestión requiera un elevado valor de energía vital, más que revitalizarnos, nos debilitará. Interesa, por tanto, ingerir alimentos ricos en energía vital que pueda ser utilizada directamente. 
 

"Ojalá algún día los médicos lleguen a diagnosticar las enfermedades con un par de auriculares, sintonizándose con las frecuencias transmitidas por los órganos enfermos de sus pacientes” André Simoneton


 André Simoneton perfeccionó la técnica descubierta por André Bovis (1871-1947) según la cual se podía cuantificar el nivel de radiación de una sustancia o de un organismo. Los seres humanos saludables, comprobó Bovis, vibran entre 6500 y 7000 Aº, mientras que enfermos, alcohólicos o fumadores lo hacían por debajo de esos valores.
André Simoneton fue un ingeniero militar francés que enfermó de tuberculosis durante la primera guerra mundial y aunque los médicos no le dieron esperanzas de vida, aplicando el método del péndulo de Bovis para descubrir los alimentos más vitalizantes consiguió recuperarse y alcanzar una buena salud. Conoció a Louis de Broglie, premio Nobel por su teoría de la dualidad de onda corpúsculo, lo que le abrió nuevos horizontes. En su libro "La radiación de los alimentos, las ondas y la salud humana" dice que el estado de salud depende de que se establezcan fenómenos de resonancia, transmutación biológica, sintonización e interferencia entre los órganos digestivos y los alimentos. Indica que tanto los alimentos como las distintas partes de nuestro organismo emiten radiaciones caracterizadas por una determinada longitud de onda.




Un cuerpo u órgano sano emite radiaciones que difieren grandemente cuando está enfermo. También es diferente la emisión según el tipo de enfermedad. Asimismo, los alimentos poseen una vibración que depende del grado de frescor y de la naturaleza. Considera que, si ingerimos un alimento de baja longitud de onda, el organismo debe aportar energía para poder digerirlo pudiendo darse un balance negativo entre la energía suministrada por el alimento y la gastada por el organismo.
 

Error común: Se suele confundir, con demasiada frecuencia, el término longitud de onda con el de frecuencia y así se dice, por ejemplo, que los alimentos más vitales tienen “una vibración muy alta”, cuando precisamente es todo lo contrario. Como justificaré más adelante, los alimentos que tienen una baja frecuencia de vibración, es decir, que vibran pocas veces por segundo, son los que presentan una longitud de onda más amplia y ejercen una influencia positiva en nuestro metabolismo. Por el contrario, un alimento cuya longitud de onda sea irrisoria, tendrá una frecuencia vibratoria altísima, y todos sabemos que las radiaciones gamma, los rayos X y los ultravioleta de alta frecuencia, son muy perjudiciales para la salud.
 

La explicación es la siguiente:
Las ondas electromagnéticas se mueven a la velocidad de la luz (c=3.108 m/s). Para hallar la velocidad media en un intervalo sabemos que hay que dividir el espacio recorrido entre el tiempo empleado. Se denomina periodo (T) al tiempo que tarda en describirse una onda completa, y longitud de onda (l) al espacio recorrido en ese tiempo. La frecuencia (n) es una magnitud inversa del periodo, así que se tienen las siguientes ecuaciones:
c = l / T = l . n.  Así pues, el producto de la longitud de onda (l) por la frecuencia (n) es la constante velocidad de la luz; si una magnitud crece, la otra debe decrecer en la misma medida, o, dicho de otro modo, a mayor longitud de onda, menor frecuencia vibratoria.
Sé que esta conclusión, parece chocar con el sentido común, ya que se asocia el término mayor frecuencia de vibración con más vitalidad o más energía. Si bien es cierto, con respecto a la energía física, en lo relativo a la vitalidad, las cosas cambian. Observemos otro fenómeno: el yogui avanzado que sabe aquietar su mente, que disminuye su frecuencia respiratoria y su frecuencia cardíaca, incluso hasta detenerlas por completo, no solo no se muere, sino que alcanza el premio del samadhi con su efecto reparador y sanador y con la percepción de las cualidades del alma, no las del cuerpo material donde toda vibración queda en suspenso.
Para mayor abundamiento, la física enseña que cuando disminuye la temperatura de los átomos, es decir, su grado de agitación, acercándose al cero absoluto o situación de reposo, la longitud de onda que se asocia a la partícula va creciendo de tamaño, de acuerdo con la ecuación  l = h/mv. Al llegar a cierto valor, se produce un fenómeno de unicidad: todos los átomos pasan a comportarse como si fueran uno solo; la misma sensación de unicidad con todas las cosas que experimenta el yogui en el samadhi.  Resumiendo: Disminuir la agitación, la inquietud, la frecuencia de la vibración nos acerca a nuestra auténtica naturaleza.
Un yogui como Babaji, tiene una vibración tan sutil, un estado de calma tal, que no perturba el medio, de tal forma que resulta imperceptible (invisible) para una persona normal observar vibración alguna proveniente de él.
Tras el Mahasamadhi de Swami Kriyananda, se midió en el Templo de la Luz, en Ananda Assisi, un valor excepcional de 40.000 Aº. En lugar de hablar de una energía o vibración altísima, debería decirse que había un grado de paz y espiritualidad altísimo.