viernes, 6 de marzo de 2020

3 Equilibrio Ácido - Alcalino pH / EFECTOS DE LA ACIDOSIS CRÓNICA / LICUADOS Y BATIDOS VERDES / FUENTES /SISTEMA PERIÓDICO / EQUILIBRIO ÁCIDO - ALCALINO



pH  


El pH o potencial de hidrógeno es una medida del grado de acidez o alcalinidad de una disolución. El agua neutra tiene un pH 7; valores inferiores a 7 indican acidez; valores superiores a 7 indican alcalinidad. 

 Como indica la composición de nuestro cuerpo (vista en la introducción), esencialmente somos agua y tanto en el interior de las células, como fuera de ellas, es el agua lo que predomina.
Nuestra sangre tiene un pH bastante específico pudiendo variar solo levemente dentro de un rango que va de 7,36 a 7,45; pH ligeramente alcalino.
Las secreciones digestivas generadas en el hígado también son básicas con valores entre 7,1 y 8,5. La saliva antes de la comida es ligeramente alcalina.
Solo el jugo gástrico, que es ácido clorhídrico, es ácido.





Sin embargo, aunque el diseño de nuestro cuerpo es, como vemos, alcalino, el proceso metabólico y digestivo de los alimentos implica constantes reacciones ácidas. Nuestra respiración, originando CO2, también ocasiona acidez.
  Para gozar de buena salud el pH de nuestros tejidos debe conservarse dentro de un margen estrecho. Pequeñas alteraciones pueden tener como consecuencia que las reacciones químicas pertinentes se produzcan con menor eficacia o, simplemente, no se produzcan. 

La clave para mantener un pH dentro de los límites aconsejables reside en una alimentación que sepa equilibrar los nutrientes acidificantes con los nutrientes alcalinizantes.
Las sustancias reguladoras o "tampones" son importantes ya que ayudan a mantener el pH bastante estable ante el ataque de los ácidos o de las bases. Los iones bicarbonato, hidrógeno fosfato, dihidrógeno fosfato y los aminoácidos con su doble función ácida y básica, constituyen importantes elementos reguladores en el organismo.
Los ácidos acumulados en el cuerpo se eliminan a través de los riñones, los pulmones (el CO2) y la piel. Los riñones, a través de la orina, eliminan en ácido sulfúrico y el ácido úrico generado en el catabolismo de las proteínas. Estos ácidos necesitan neutralizarse formando sales antes de excretarse, para lo cual consumen sustancias alcalinas de reserva en el organismo. La dieta debe proporcionar una reposición de estos elementos consumidos. En caso contrario, por ejemplo, el Ca de los huesos o la glutamina de los músculos pagan las consecuencias.
 Si la cantidad de ácidos generada es grande y los riñones no son capaces de neutralizarla se produce una "acidosis" que alterará el buen funcionamiento celular y terminará afectando y comprometiendo la salud, si es persistente. Un síntoma de esta acidosis es el aumento del ritmo respiratorio. Ello es debido a la necesidad de evacuar el abundante CO2 que a través del torrente sanguíneo llega a los pulmones. Otro síntoma de acidosis puede darlo la piel. Si la secreción ácida es importante el sudor puede estar acompañado de un fuerte olor agrio.


EFECTOS DE LA ACIDOSIS CRÓNICA
Si la acidez persiste, lo cual es muy común en Occidente, hoy en día, debido a una dieta excesivamente ácida, entramos en un estado denominado "acidosis metabólica crónica leve" que puede llegar, si no se corrige, a grave.


La investigación científica pone de manifiesto las consecuencias de la acidosis leve:
a)    aparición de osteoporosis por eliminación de Ca de los huesos;
b)   disminución de K y Mg que incrementan la posibilidad de inflamaciones;
c)    deterioro muscular;
d)   envejecimiento precoz;
e)    cálculos renales;
f)     retención de líquidos;
g)    acidez bucal;
h)   debilitamiento del sistema inmunitario;
i)      fatiga.
 


 LICUADOS Y BATIDOS VERDES


La forma más sencilla y efectiva de alejar la acidosis del organismo es consumir con frecuencia licuados y batidos verdes. Pueden confeccionarse combinando verduras de hoja con frutas. Entre las verduras destacan las espinacas, ya que, a pesar de su ligero poder acidificante, son ricas en clorofila, aminoácidos y ácidos grasos esenciales, además de vitaminas, enzimas, fitonutrientes y sales minerales.


Espinacas, apio, lechuga, aloe vera, acelga, col rizada, remolacha, zanahoria, pepino maduro, calabacín, perejil, calabaza, etc., junto con toda variedad de frutas permiten infinitas combinaciones al gusto del consumidor.
Los licuados no precisan de agua, poseen un sabor más agradable, se digieren más rápidamente y tienen menor contenido en fibra. Los batidos precisan rebajarse con agua, tienen una digestión un poco menos rápida y son muy abundantes en fibra.
Licuados y batidos suministran energía vital pura, “prana”, de forma directa, además de aminoácidos, ácidos grasos esenciales, enzimas, vitaminas, sales minerales y fitonutrientes.



Los beneficios que se atribuyen a este tipo de bebidas, se citan a continuación:
a)    ayudan a combatir el estreñimiento;
b)   ayudan a eliminar toxinas del organismo;
c)    se digieren con facilidad;
d)   nutren causando saciedad;
e)    fortalecen el sistema inmunitario;
f)     mantienen un buen equilibrio ácido-alcalino;
g)    son antioxidantes.

La clorofila, presente en todos los vegetales, es una molécula semejante a la hemoglobina, con la diferencia de que es Mg el átomo central de la clorofila en lugar de Fe en la hemoglobina. La molécula de Vitamina B 12 también tiene esta forma, pero con un átomo de Cobalto (Co) en su centro.

Efectos de la clorofila:
a)    Poder antioxidante. Se ha comprobado su eficacia neutralizando los efectos nocivos de los radicales libres;
b)   Disminuye la velocidad de las enfermedades degenerativas;
c)    Poder anticancerígeno. Numerosos estudios parecen poner de manifiesto que la clorofila inhibe el crecimiento de las células cancerígenas.
d)   Poder desodorizante;
e)  Revitalizante. Debido a su contenido en “prana”.



FUENTES


Relación de ALIMENTOS ACIDIFICANTES





Relación de ALIMENTOS ALCALINIZANTES      
                           




SISTEMA PERÍODICO


El grupo I del Sistema Periódico recibe el nombre de Alcalinos y está formado por Litio (Li), Sodio (Na), Potasio (K), Rubidio (Rb), Cesio (Cs) y Francio (Fr).

El grupo II lo constituyen los alcalino-térreos: Berilio (Be), Magnesio (Mg), Calcio (Ca), Estroncio (Sr), Bario (Ba) y Radio (Ra).

En general, alimentos que contienen calcio, magnesio, sodio, potasio, hierro o manganeso suelen reaccionar con las toxinas ácidas generando residuos alcalinos. Estos elementos químicos son considerados, por esta causa, alcalinizantes.

Normalmente, alimentos que contienen fósforo, azufre, flúor, cloro, bromo, iodo, cobre o silicio suelen unirse a los elementos de la reserva alcalina dejando un residuo ácido. Se les considera por ello, acidificantes.




EQUILIBRIO ÁCIDO-ALCALINO

Debe observarse adecuadamente el carácter acidificante o alcalinizante de los alimentos y no permitir una preponderancia de los alimentos acidificantes.


Manteniendo los equilibrios vistos anteriormente relativos a carbohidratos, proteínas y grasas, debemos ahora prestar atención a la naturaleza ácida o alcalina de los alimentos de forma que sus efectos se contrarresten.

Para mantener el cuerpo en condiciones óptimas, desde el punto de vista del equilibrio ácido-alcalino, se hace aconsejable estimular la alcalinidad mediante:
a)    la ingesta diaria matinal, en ayunas, de agua cálida con zumo de limón, como recomienda Paramhansa Yogananda;
b)   la ingesta frecuente de abundantes frutas y verduras, como recomienda Paramhansa Yogananda;
c)    zumo de naranja y limón;
d)   frutos secos (almendras, macadamias, anacardos) según los equilibrios anteriores, como recomienda Paramhansa Yogananda; 
e)    legumbres (especialmente las lentejas) y arroz integral;  
f) la disminución del consumo de sustancias acidificantes como carnes, pescados, lácteos, dulces y productos refinados.




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