sábado, 22 de octubre de 2016

ASANA: Postura en la Meditación



 Paramhansa Yogananda en la playa de Encinitas

El trabajo sobre ASANA está estructurado en tres capítulos o partes:
                        En la primera parte se facilita información teórica sobre el concepto de Asana tomada del curso de Raja Yoga “Los Yoga Sutras de Patanjali” impartido en Ananda Assisi por Shivani;
                        En la segunda parte se hace alusión a las distintas posiciones que pueden tomarse en la práctica de la meditación tomando como referencia bibliográfica la indicada en el apartado anterior y el libro Come si Medita de Swami Kriyananda.
                        En la tercera parte se detalla la evolución y aportación personal del autor (Kalyan Recio).


 Parte I: 
ASANA
 
Tomado del curso de Raja Yoga
“Los Yoga Sutras de Patanjali” impartido en Ananda Assisi por Nayaswami Shivani.

            
            Patanjali es el gran exponente del Raja Yoga en los tiempos antiguos. Sistematizó los conocimientos que permiten alcanzar la iluminación en unas enseñanzas denominadas Ashtanga Yoga o el “yoga de los ocho pasos”. La denominación de ocho pasos se debe a la descomposición de las materias o conocimientos en ocho apartados. Estos capítulos o escalones del sendero espiritual no requieren un orden de ejecución estricto; no es preciso dominar el primer paso para dar el segundo. El progreso espiritual se va realizando simultáneamente en todos los estadios del Ashtanga Yoga.
En la fotografía, Nayaswami Shivani.
            La tercera etapa en el camino óctuple se conoce como asana, que significa, simplemente, postura.
            Algunos autores han intentado hacer ver que Patanjali se refería en sus escritos a la necesidad de practicar las posturas de yoga como una preparación para la meditación. Pero Patanjali estaba hablando, no de prácticas, sino de las diferentes etapas de desarrollo espiritual. Asana o postura, entonces, no significa ningún conjunto particular de posiciones, sino más bien de la capacidad para sostener correctamente el cuerpo, como un requisito previo, para la meditación profunda. Cualquier postura será válida, siempre y cuando la columna se mantenga recta y el cuerpo relajado.
            Patanjali dice que un signo de perfección en asana es la capacidad de sentarse quieto, sin mover un músculo, durante tres horas.
            Mucha gente medita durante años sin lograr ningún resultado notable, simplemente porque nunca han entrenado sus cuerpos para quedarse quietos. Hasta que no se domine el cuerpo, percepciones más altas, tan sutiles que solamente florecen en perfecta tranquilidad, podrán ser percibidas.
            Es bueno, obviamente, practicar algunas posturas de yoga antes de la meditación. Estas posturas ayudan a conseguir asana, o firme postura. Muchos estudiantes al principio, sin embargo, cometen el error de asumir que deben perfeccionar su práctica de las posturas de yoga antes de intentar siquiera meditar. Esto es absolutamente erróneo. No es necesario practicar las posturas para aprender a meditar. Las posturas son sólo una ayuda para la meditación.
            Cuando el cuerpo está lleno de tensiones y toxinas, es difícil profundizar en la meditación. Uno de los propósitos principales del hatha yoga es la preparación del cuerpo para la meditación. Las posiciones  están diseñadas, en principio, en función de su valor meditativo; en menor medida, por sus beneficios físicos.
                 From YOGANANDA          Asana (right posture): the spinal column must be held straight, and the body firm in a comfortable position for meditation… Any posture by which your mind is calm and at peace is called Asana…
Where bodily motions cease and mental thoughts dissolve, God begins to appear as stillness and divine bliss on the altar of peace and changelessness…Do away with the motion for the sake of meditation.  The way to God is motionless.  It is in the stability of the Spirit. Where motions cease, God begins. --Autobiography of a Yogi and Inner Life magazines, 1930s
              Asana (correcta postura): cualquier postura en la cual la mente esté en calma y en paz...la columna vertebral esté recta y el cuerpo se encuentre en una posición cómoda para la meditación... 
              Donde el movimiento del cuerpo cesa y los pensamientos se disuelven en el altar de la paz y la inmutabilidad, Dios comienza a aparecer como quietud y felicidad divina...Aleja el movimiento, por el bien de la meditación. El camino hacia Dios es la inmovilidad. La inmovilidad está en la estabilidad del Espíritu. Allí donde el movimiento cesa, allí comienza Dios.
             La importancia de mantener la columna derecha no se restringe solamente a la meditación; en la vida ordinaria el kriyaban debe caminar derecho, sentarse derecho y tener siempre una actitud recta. Los siguientes párrafos hacen alusión a esta cuestión.
 An impressive sight, in India, is the danda swamis. A swami is a renunciate, or monk. A danda is the long, straight staff that certain swamis carry, symbolic of the spine. The danda is an affirmation of the bearer's centeredness in the Self within. The straightness of the danda is a reminder to him to keep his spine always straight. Paramhansa Yogananda, as a Western substitute for the danda during his years in the West, carried a cane while walking.
              El "danda" es la larga vara que por derecho llevan algunos swamis, que simboliza la espina dorsal. La rectitud de la danda es un recordatorio para que mantenga su columna siempre recta. Paramhansa Yogananda, como sustituto occidental, usaba un bastón mientras caminaba.
             La necesidad de aplicar los mandamientos morales básicos de yoga a la vida cotidiana es obvia. En un sentido más profundo asana representa la calma física, necesaria para que no se dispersen nuestras fuerzas e incluso se socave nuestra salud. También necesitamos canalizar nuestras energías (principio de pranayama) si realmente queremos lograr algo que valga la pena. Autosuficiencia y la capacidad de permanecer en paz en sí (en otras palabras, el espíritu de pratyahara), es el distintivo de una persona serena y equilibrada, piense o no, en realidades espirituales.
             Every time the devotee, with a bent spine, tries to concentrate upon Christ Consciousness, at the point between the eyebrows, he finds his consciousness tied with the outgoing nerve current at the senses and unable to retire through the pinched nerves in the spinal Centers.  Just as a rubber tube, squeezed in the middle, stops the flow of water forward or backward, so the pinched spinal Centers, due to displaced vertebrae, obstruct the life flow to the senses outward and the life flow inward from the senses to the brain.”--Bhagavad Gita Interpretations,Yogananda, East-West magazine, 1930s
                Cada vez que el devoto, con una espina doblada, intenta concentrarse en la Conciencia Crística, en el punto entre las cejas, encuentra que su consciencia está atada a la corriente saliente hacia los sentidos y no puede retirarse hacia los centros espinales a través de estos nervios pellizcados. Así como un tubo de goma, oprimido por el medio, no permite la circulación del agua ni adelante ni hacia atrás, así los centros espinales, debido al desplazamiento de las vértebras, obstruyen el flujo de la vida sensorial hacia afuera y el flujo interior de los sentidos hacia el cerebro.
            Una columna vertebral erguida indica una asunción de responsabilidad sobre la propia vida: una actitud que no pide la ayuda de nadie, que no culpa a nadie, pero que declara, "todo lo que necesito se encuentra en mi propio centro divino". El danda es una declaración valiente: soy el centro de mi propio universo, la única causa de todo lo que pasa en mi vida. Ninguna circunstancia exterior condiciona mi sentido interno de quien yo soy. En mi Ser divino, ¡soy libre por siempre!
            En nuestra propia vida, de forma similar, debemos intentar vivir más en la espina. Mientras caminamos, mentalmente debemos llevar un "danda". Como Paramhansa Yogananda nos cuenta arriba, sólo aceptando toda la responsabilidad de quienes somos y de lo que nos pasa podemos esperar cambiar nuestro destino. "Vive de ahora en adelante guiado por la sabiduría divina del centro interior".
            El Yoga enseña que la espina dorsal es como un rio, cuya corriente fluye constantemente, aunque la mayoría de las personas rara vez seamos consciente de ello. La tarea principal de la práctica del yoga es fortalecer estas corrientes y al mismo tiempo aumentar el sensitivo conocimiento de ellas. El verdadero río del bautismo, ensalzado en muchas religiones por el acto simbólico externo del baño, es la columna vertebral.
            Enderezad el camino del Señor, dijo San Juan Bautista.  Siente el río de la vida en la espina dorsal y dirige su flujo muy lentamente y deliberadamente hacia arriba, al cerebro, hasta el punto entre las cejas. En ese momento siente que tu río de energía y luz entra por fin en el gran océano de la luz cósmica.
             Por otra parte, debe comprenderse que todo esfuerzo espiritual conlleva el ofrecimiento del ego en el altar de Dios, en el Ser Infinito.
            Yoguis de las dos escuelas de Hatha y Raja Yoga, a menudo cometen el error de pensar que la iluminación espiritual depende solamente del esfuerzo del devoto, como si con el solo uso de la técnica se pudiera alcanzar el Infinito. Una comprensión correcta de las técnicas del yoga, sin embargo, no va en contra de la necesidad de "kripa", la gracia divina, como condición "sine qua non" (sin la cual) no puede recorrerse el camino espiritual.
            Yogananda nos da la fórmula de actuación: nuestro total esfuerzo representa el 25% del total necesario para alcanzar la iluminación; el Gurú nos aporta otro 25% y el 50% restante debemos atraerlo de Dios.
            El objetivo más alto del Yoga es simplemente poner al devoto en condiciones de poder recibir la cascada de bendiciones del Espíritu.
            Si la Gracia Divina no es experimentada en la vida humana, no lo es a causa de la indiferencia divina, sino a que la energía y la atención del hombre están en otra parte y no se dirigen adecuadamente hacia su interior.                          
   
Parte II: 
Posturas en la Meditación

Notas del libro “Come Si Medita” de Swami Kriyananda y del curso de Raja Yoga
 


            En los siguientes párrafos del Bhagavad Gita, la escritura más sagrada de los hindúes, se pone de manifiesto la extraordinaria importancia de la postura para conseguir resultados en el progreso espiritual.

                From the Bhagavad Gita (1:20) “He straightens his spine by making his head straight, and by pushing his chest forward and keeping his abdomen in.  This position of the spine, curved in the front and not in the back, is called the bow of meditation, well strung and ready for battle with the senses.

              Él endereza la columna vertebral colocando su cabeza recta y empujando el pecho hacia delante y manteniendo su abdomen hacia dentro. Esta posición de la columna vertebral, curvada al frente y no en la espalda, se llama el arco de la meditación, bien encordado y listo para la batalla con los sentidos.

        Nayaswami Kriyananda
                The devotee who meditates with a bent spine does not get much Spiritual result because he throws his spinal vertebrae out of.  order, thus squeezing the principal Centers of the spinal nervous system which feed the senses.  This pinching of the nerves in the vertebrae is injurious to a clear sense perception of material objects and also retards the flow of Life Force into the brain and Spirit.  Squeezed spinal nerves do not feed the senses with the proper amount of conducting, outgoing energy necessary to have clear sense perceptions.  Squeezed spinal nerve Centers obstruct the retirement of energy from the senses to the brain.

             El devoto que medita con la espina dorsal curvada no obtiene muchos resultados espirituales, ya que sitúa las vértebras de forma que comprime los principales centros del sistema nervioso que alimenta los sentidos. Esta compresión de los nervios en las vértebras es perjudicial para tener una percepción clara de los objetos materiales y también ralentiza el flujo de fuerza vital hacia el cerebro y el Espíritu. Los nervios espinales comprimidos no alimentan los sentidos con la justa cantidad de energía conductiva hacia el exterior, necesaria para tener claras percepciones sensibles. Los centros espinales comprimidos, también impiden que la energía de los sentidos sea retirada hacia el cerebro.

            Lo importante, en lo que respecta a la postura del cuerpo en meditación, es que la columna se mantenga recta y el cuerpo relajado. Está bien sentarse en una silla, con los pies apoyados en el suelo. Sin embargo, hay una clara ventaja en sentarse en alguna de las posiciones de yoga prescritas. Se ejercen ciertas presiones beneficiosas sobre los nervios, induciendo la calma en el sistema nervioso.
            Cada una de las posturas de asiento tiene sus propios beneficios específicos.
           La cosa más importante con respecto a la posición en que debe meditarse es que la persona tenga la columna vertebral derecha, sin apoyarse en ningún objeto (como el respaldo de una silla, la pared o la cama), y que sea capaz de permanecer sentada cómodamente sin ser distraída por dolores físicos.
            Para aquellos que practican Hatha Yoga hay cuatro posiciones que son útiles para la interiorización de la energía del cuerpo durante la meditación.
            Antes de describirlas, es importante decir que el cuerpo físico de los occidentales, a menos que tengan una buena práctica de Hatha Yoga, no se adapta fácilmente a estas posiciones. Por esta razón, Yogananda sugiere una posición alternativa, igualmente válida y más accesible para el practicante occidental. Puede ser explicada de la forma siguiente:
                                    
Posición: Sentado en una Silla
 
            Yogananda recomienda esta postura para el hombre occidental, poco acostumbrado a sentarse en el suelo cruzando las piernas.
           
Sigue la siguiente rutina:
             a) Toma una silla cómoda con el respaldo derecho y sin apoya-brazos, de altura tal que permita colocar los pies planos sobre el suelo.
            b)  Coloca sobre la silla una manta de lana de forma que cubra el respaldo, el siento y se sitúe debajo de los pies. La lana aísla nuestro cuerpo de ciertas corrientes existentes en el terreno que atraen nuestra energía hacia abajo, además de la fuerza de gravedad. Para aumentar el aislamiento, se puede colocar una pieza de seda sobre la manta.
            c) Siéntate con la espina dorsal derecha, sin tocar el respaldo, con el mentón paralelo al suelo y ligeramente retraído hacia el interior. Puedes encontrar de ayuda colocar un cojín bajo las nalgas con el objeto de encontrar una posición más relajada y derecha. 
            d) La mejor forma de colocar las manos es situarlas con la palma hacia arriba en la unión de los muslos y caderas.
            e) Los omóplatos deben llevarse ligeramente hacia el interior, abriendo el pecho, sin que los codos toquen el cuerpo. El vientre debe estar ligeramente retraido.
           Aquellas personas que practiquen Hatha Yoga o simplemente sean capaces y prefieran adoptar una postura sentándose sobre el suelo, pueden escoger una entre las distintas posiciones clásicas. Estas posiciones presentan beneficios por diversas razones:
            a) mantienen el cuerpo en calma y firme;
            b) al presionar ciertos nervios de las piernas ayudan al meditante a alcanzar la calma;
            c) previenen de caer hacia adelante cuando el cuerpo se relaja profundamente.


Posición de Medio Loto: Ardha Padmasana
 
                        Las rodillas están firmemente apoyadas en el suelo, dando estabilidad al cuerpo.
                        El pie derecho está colocado sobre el muslo izquierdo.
                       Para alcanzar esta posición se puede contar con la ayuda de un cojín, cuya altura y dureza dependen del cuerpo y flexibilidad de la persona.
                      También puede usarse un banquito de madera especialmente diseñado al efecto.

Posición de la Roca: Vajrasana
           
            Muchos occidentales encuentran esta posición muy cómoda, especialmente con la ayuda de un banquito, para prolongar la meditación.
            A fin de que las corrientes de energía fluyan adecuadamente es importante apoyar el dedo gordo del pie derecho sobre el izquierdo.
            La altura y el ángulo del banquito son fijados por las necesidades del cuerpo. Las manos deberán estar siempre con la palma hacia lo alto a la altura de las caderas.
            La postura de Vajrasana (firme posición), desde un punto de vista de la meditación, ayuda a dar a la mente un sentido de nishtha, firmeza.


Posición Perfecta: Siddhasana
 

Siddhasana (la posición perfecta), es considerada la postura clásica del Hatha Yoga.
El pie derecho se introduce entre la pantorrilla y el muslo del pie izquierdo.
Las rodillas están firmemente apoyadas sobre el suelo.
La presión sobre los nervios hace que se pierda la sensación de tener dos piernas, fusionándose éstas en un solo bloque. 
 

Posición del Loto: Padmasana
           
       
             Mientras Siddhasana (la posición perfecta) es la postura clásica de Hatha Yoga, Padmasana (la posición del loto) lo es del Raja Yoga.
            Pie derecho se coloca sobre el muslo izquierdo y, a continuación, con ayuda de las manos, se pasa el pie izquierdo sobre muslo derecho.
            Esta postura es la más difícil de alcanzar para el occidental.


             En la fotografía siguiente, extraída de la Autobiografía de un Yogui, editada por Ananda, se muestra a Yogananda, aun joven, junto a otros devotos, perfeccionando asana.

Parte III:   
Evolución y aportación personal del autor

 Mi experiencia personal con Asana ni es, ni ha sido fácil.
En la infancia trabajé duramente en el campo con mi abuelo transportando cestos de hierba que rebasaban mis posibilidades.
En la adolescencia salí volando de una pista de patinaje y me incrusté en las gradas quedando inmóvil, sintiendo que dejaba este mundo, sin poder moverme con mi columna fuertemente afectada. Esta lesión de columna, que mantuve en secreto a mi familia en aquella época, para no aumentar los problemas familiares, me ha acompañado a lo largo de mi vida.
La práctica posterior, en la edad madura, de karate y golf, de forma más violenta de lo debido, agrandaron los efectos de la lesión.
Pocos años antes del inicio de mis experiencias meditativas mi situación era patética: dolores en la espalda casi constantes; dificultad para afeitarme, vestirme o caminar; un pinzamiento en el nervio ciático dejaba mi pierna izquierda casi fuera de uso. Cualquier esfuerzo me dejaba agotado.
Llegado un punto, desilusionado con los servicios médicos, tras siete años de tratamientos, decidí ocuparme personalmente de mi problema. Busqué la forma de arreglar mi columna tratando de encontrar los ejercicios que mejor me sentaban y así, poco a poco, fui alcanzando una situación física cada vez más favorable. Por aquel entonces me vi obligado, por otras razones de salud, a investigar el tema de la dieta leyendo todo lo que aparecía en mis manos: dieta de la zona, dieta del grupo sanguíneo, los equilibrios entre los ácidos omega-3 y omega-6, los oligoelementos...
 Extrayendo lo mejor de cada una, conformé una dieta, una forma racional de alimentar el cuerpo, que me dio un elevado rendimiento físico y una recuperación total de mis dolencias. También me ayudó con respecto a la columna, aunque este problema sigue afectándome hoy en día. La diferencia ahora, es que casi con la misma rapidez que entro en dificultades, he aprendido a solventarlas.
Ahora recoloco con cierta facilidad mis vertebras siempre que cambian su posición causándome dolor.
En las fotografías se muestran unos artilugios adaptados a un sillón, creados para ayudar a soportar el dolor en el pecho.
Mi nombre de pila es José Luis. José, padre de Jesús, como indica la tradición, fue carpintero. He de decir que me encuentro a gusto en un taller de carpintería y de hecho, hace poco tiempo, he terminado de construir un pequeño taller, que denomino “Taller Lahiri Mahasaya”, y cuya finalidad es la construcción de banquitos de madera, especialmente diseñados para la meditación y también, la fabricación de “apoyacodos” para facilitar la técnica del Om. 
Considero la postura de un yogui, en meditación, impresionante. Transmite calma, serenidad y, al mismo tiempo, un poder sobrenatural. La imagen del Gurú en el inicio de este trabajo, lo refleja claramente.
Aunque los problemas citados anteriormente me ocasionan dificultades para adoptar una postura perfecta, me esfuerzo diariamente en mejorarla. Para ello, a lo largo del tiempo, en estos últimos años, he ido diseñando y construyendo pequeños banquitos que me ayudan a evolucionar y mejorar en mi asana.
El modelo 57 de la figura posee una ligera inclinación hacia adelante para facilitar la postura. Las rodillas no precisan apoyarse en el suelo y la altura del asiento permite colocar los pies debajo de él.
Puede ser utilizado con las piernas cruzadas o bien, adoptando la postura de Vajrasana, en cuyo caso, no debe olvidarse colocar el pulgar del pie derecho sobre el izquierdo.
Una variación de este modelo lo constituye el modelo  55, cuya peculiaridad es disponer de superficie curvada en el apoyo. Por lo demás, responde a las características del anterior.
Presenta la ventaja de acomodar mejor la inclinación de asiento a las necesidades del devoto. Debido a la considerable altura, se hace recomendable para personas con problemas en las rodillas y pies.

Con el tiempo vi que cada vez precisaba menos altura, por lo que comencé a experimentar diferentes tamaños y formas. Así aparecieron diversos prototipos.
A menor altura de asiento correspondía un mayor apoyo de las piernas en el suelo.
Cuanto mayor era la superficie de apoyo, mayor era la estabilidad y menor la presión ejercida por el cuerpo sobre los puntos de apoyo y, como consecuencia, mayor era el tiempo de inmovilidad.
Pude observar que con el paso del tiempo el banquito que estaba utilizando me quedaba un poco alto. Mi cuerpo, al ir acostumbrándose a la postura yóguica, necesitaba cada vez menos altura. Así, disminuyendo de uno a dos centímetros cada año, fui evolucionando.
El modelo 44, además de la disminución de altura, incorpora una oquedad en el asiento a fin de facilitar la posición de los talones de los pies una vez cruzados bajo el asiento.
 Viendo la diversidad de personas, un día, mientras estaba construyendo uno de los bancos, me vino la idea de fabricar todas las tallas, desde la más alta hasta la más baja. De esta forma, cualquiera que estuviera interesado podría encontrar el banquito adecuado. Así diseñé diversas formas de asiento y diversas alturas. El paso de los años ha hecho buena esta idea.
 


A fin de disminuir el peso comencé a perforar algún asiento. Al meditar sobre asientos perforados observé que el cansancio y la molestia aparecían más tarde. Probablemente, el facilitar la circulación sanguínea causaba este efecto. Así, buscando un efecto, encontré otro más interesante.
 Aparecieron modelos que ayudaban a adoptar la postura de medio loto e incluso de loto.

Defiendo el uso del banco de madera frente al cojín. No quiero con esto desmerecer la ayuda que los cojines representan para muchas personas. Pero la situación es semejante a la que ocurre con una bicicleta de paseo y la de un profesional. La bicicleta ordinaria posee un cómodo sillín, incluso con muelles y bien acolchado; la bicicleta del ciclista profesional posee un sillín de reducido tamaño, carece de muelles y es duro y resistente. Sería imposible hacer 200 km en el sillín de una bicicleta convencional. Cierto es que el uso del sillín profesional causa dificultades los primeros días, pero pasado un tiempo de práctica, muestra sus efectos beneficiosos. Lo mismo ocurre con el banquito de madera: duro y firme al principio; después, con la práctica constante, libera sus bendiciones.
La inclinación variable que permite la forma curvada de las patas permite adaptar la inclinación de la columna de tal forma que pueda estar derecha y, al mismo tiempo, relajada. Si estamos demasiado inclinados hacia adelante, habrá tensión en la espalda y el pecho estará menos abierto. Si estamos inclinados hacia atrás, la parte baja del abdomen no podrá hincharse con facilidad y las piernas, a la altura de los muslos, presentarán cierta tensión. El apoyo de los pies sobre el suelo debe tener la máxima superficie y estar bien cómodo y relajado.
Ahora medito sobre un banco perforado y parece que mi evolución con respecto a la altura se ha estabilizado. He encontrado en la postura perfecta (siddhasana), la perfecta postura para mi.
En mi sala principal de meditación, solo posando, sin meditar.
Como sabemos, la ropa que usamos influye en nuestro aura, así como el color de las paredes donde habitamos. El uso de la seda está muy recomendado para aislar el cuerpo durante la meditación. Siempre que puedo hago uso de una seda azul, adquirida en Rishikesh, para aislarme del suelo. Siento atracción por este color desde hace un buen tiempo. Dado que los colores del ojo espiritual son el dorado, el blanco y el azul (”dorada aureola adorna el fondo azul y en el centro una estrella de blanco color”- dice la canción) tomé la decisión de utilizar preferentemente en mi ropa y en las paredes de las estancias de mi uso en la casa, los colores blanco y azul. Cuando Swamiji diseñó el azul para el Nayaswami me congratulé. Meditando  una tarde en las afueras del Templo de la Luz en Assisi, una devota (Letizia) me tomó dos fotografías sin yo percibirlo. Me las envió por correo electrónico y, cuál fue mi sorpresa, al observar una tenue aura azul alrededor del cuerpo.
En las afueras del Templo de la Luz, en Ananda Assisi, en meditación profunda 
         El teléfono, dotado de circuitos electrónicos capaces de captar una amplia gama de ondas electromagnéticas, ha podido ver algo que el ojo humano no percibe corrientemente. Naturalmente estaba meditando sobre un banquito de madera, el de la figura superior, al cual estoy muy agradecido por permitirme ahondar en los misterios del silencio. La seda azul, seguro que ha estimulado la formación y percepción del aura.  
         A continuación se muestra el contenido de un cuadro que adorna el Taller Lahiri Mahasaya, en el cual se pone de manifiesto el uso que el gran Yogui hacía de un banquito de madera.
  AUTOBIOGRAFÍA DE UN YOGUI
  Del Capítulo Uno....
El fotógrafo, sorprendido, descubrió que la placa en la cual aparecían las imágenes de todos y cada uno de los del grupo, solo presentaba un espacio en blanco en el lugar en que debía figurar la imagen del Maestro LAHIRI MAHASAYA.
         Este fenómeno fue ampliamente comentado y discutido.
        Cierto estudiante, que a la vez era un experto fotógrafo, Ganga Dhar Babú, alardeó diciendo que la fugitiva imagen del Maestro no se le escaparía a él. Al día siguiente, cuando el Gurú estaba sentado en la postura del loto, sobre un taburete de madera con un biombo tras él, llegó Ganga Dhar Babú con todo su equipo y tomó todas las precauciones que el caso requería para tener un buen éxito. Tomó doce exposiciones distintas. En cada una encontró la impresión del taburete de madera y del biombo, pero, una vez más, la fugitiva imagen del Maestro había desaparecido.                                                 
Paramhansa Yogananda
                                                                                  
Kalyan Recio