Paramhansa Yogananda en la playa de Encinitas
El trabajo sobre ASANA está estructurado en
tres capítulos o partes:
En
la primera parte se facilita información teórica sobre el concepto de Asana
tomada del curso de Raja Yoga “Los Yoga Sutras de Patanjali” impartido en
Ananda Assisi por Shivani;
En
la segunda parte se hace alusión a las distintas posiciones que pueden tomarse
en la práctica de la meditación tomando como referencia bibliográfica la
indicada en el apartado anterior y el libro Come si Medita de Swami Kriyananda.
En
la tercera parte se detalla la evolución y aportación personal del autor (Kalyan Recio).
Parte I:
ASANA
Tomado
del curso de Raja Yoga
“Los
Yoga Sutras de Patanjali” impartido en Ananda Assisi por Nayaswami Shivani.
Patanjali es el gran exponente del
Raja Yoga en los tiempos antiguos. Sistematizó los conocimientos que permiten
alcanzar la iluminación en unas enseñanzas denominadas Ashtanga Yoga o el “yoga
de los ocho pasos”. La denominación de ocho pasos se debe a la descomposición
de las materias o conocimientos en ocho apartados. Estos capítulos o escalones
del sendero espiritual no requieren un orden de ejecución estricto; no es preciso
dominar el primer paso para dar el segundo. El progreso espiritual se va
realizando simultáneamente en todos los estadios del Ashtanga Yoga.
En la fotografía, Nayaswami Shivani.
La tercera etapa en el camino
óctuple se conoce como asana, que significa, simplemente, postura.
Algunos autores han intentado hacer
ver que Patanjali se refería en sus escritos a la necesidad de practicar las
posturas de yoga como una preparación para la meditación. Pero Patanjali estaba
hablando, no de prácticas, sino de las diferentes etapas de desarrollo espiritual.
Asana o postura, entonces, no significa ningún conjunto particular de
posiciones, sino más bien de la capacidad para sostener correctamente el
cuerpo, como un requisito previo, para la meditación profunda. Cualquier
postura será válida, siempre y cuando la columna se mantenga recta y el cuerpo
relajado.
Patanjali dice que un signo de
perfección en asana es la capacidad de sentarse quieto, sin mover un músculo,
durante tres horas.
Mucha gente medita durante años sin
lograr ningún resultado notable, simplemente porque nunca han entrenado sus
cuerpos para quedarse quietos. Hasta que no se domine el cuerpo, percepciones
más altas, tan sutiles que solamente florecen en perfecta tranquilidad, podrán
ser percibidas.
Es bueno, obviamente, practicar
algunas posturas de yoga antes de la meditación. Estas posturas ayudan a
conseguir asana, o firme postura. Muchos estudiantes al principio, sin embargo,
cometen el error de asumir que deben perfeccionar su práctica de las posturas
de yoga antes de intentar siquiera meditar. Esto es absolutamente erróneo. No
es necesario practicar las posturas para aprender a meditar. Las posturas son
sólo una ayuda para la meditación.
Cuando el cuerpo está lleno de
tensiones y toxinas, es difícil profundizar en la meditación. Uno de los
propósitos principales del hatha yoga es la preparación del cuerpo para la
meditación. Las posiciones están
diseñadas, en principio, en función de su valor meditativo; en menor medida,
por sus beneficios físicos.
From YOGANANDA Asana (right posture): the spinal column
must be held straight, and the body firm in a comfortable position for
meditation… Any posture by which your mind is calm and at peace is called
Asana…
Where
bodily motions cease and mental thoughts dissolve, God begins to appear as
stillness and divine bliss on the altar of peace and changelessness…Do away
with the motion for the sake of meditation.
The way to God is motionless. It
is in the stability of the Spirit. Where motions cease, God begins. --Autobiography of a Yogi and Inner Life magazines, 1930s
Asana
(correcta postura): cualquier postura en la cual la mente esté en calma y en
paz...la columna vertebral esté recta y el cuerpo se encuentre en una posición
cómoda para la meditación...
Donde
el movimiento del cuerpo cesa y los pensamientos se disuelven en el altar de la
paz y la inmutabilidad, Dios comienza a aparecer como quietud y felicidad
divina...Aleja el movimiento, por el bien de la meditación. El camino hacia
Dios es la inmovilidad. La inmovilidad está en la estabilidad del Espíritu.
Allí donde el movimiento cesa, allí comienza Dios.
La
importancia de mantener la columna derecha no se restringe solamente a la
meditación; en la vida ordinaria el kriyaban debe caminar derecho, sentarse
derecho y tener siempre una actitud recta. Los siguientes párrafos hacen
alusión a esta cuestión.
An impressive sight, in India, is the danda
swamis. A swami is a renunciate, or monk. A
danda is the long, straight staff that certain swamis carry, symbolic of
the spine. The danda is an affirmation of the bearer's centeredness in
the Self within. The straightness of the danda is a reminder to him to
keep his spine always straight. Paramhansa Yogananda, as a Western substitute
for the danda during his years in the West, carried a cane while
walking.
El
"danda" es la larga vara que por derecho llevan algunos swamis, que
simboliza la espina dorsal. La rectitud de la danda es un recordatorio para que
mantenga su columna siempre recta. Paramhansa Yogananda, como sustituto
occidental, usaba un bastón mientras caminaba.
La necesidad de aplicar los mandamientos morales básicos de
yoga a la vida cotidiana es obvia. En un sentido más profundo asana representa
la calma física, necesaria para que no se dispersen nuestras fuerzas e incluso
se socave nuestra salud. También necesitamos canalizar nuestras energías
(principio de pranayama) si realmente queremos lograr algo que valga la pena.
Autosuficiencia y la capacidad de permanecer en paz en sí (en otras palabras,
el espíritu de pratyahara), es el distintivo de una persona serena y
equilibrada, piense o no, en realidades espirituales.
Every time the devotee, with a bent spine, tries to concentrate upon
Christ Consciousness, at the point between the eyebrows, he finds his
consciousness tied with the outgoing nerve current at the senses and unable to
retire through the pinched nerves in the spinal Centers. Just as a rubber tube, squeezed in the
middle, stops the flow of water forward or backward, so the pinched spinal
Centers, due to displaced vertebrae, obstruct the life flow to the senses
outward and the life flow inward from the senses to the brain.”--Bhagavad
Gita Interpretations,Yogananda, East-West magazine, 1930s
Cada vez que el
devoto, con una espina doblada, intenta concentrarse en la Conciencia Crística,
en el punto entre las cejas, encuentra que su consciencia está atada a la
corriente saliente hacia los sentidos y no puede retirarse hacia los centros
espinales a través de estos nervios pellizcados. Así como un tubo de goma,
oprimido por el medio, no permite la circulación del agua ni adelante ni hacia
atrás, así los centros espinales, debido al desplazamiento de las vértebras,
obstruyen el flujo de la vida sensorial hacia afuera y el flujo interior de los
sentidos hacia el cerebro.
Una columna vertebral erguida indica una asunción de
responsabilidad sobre la propia vida: una actitud que no pide la ayuda de
nadie, que no culpa a nadie, pero que declara, "todo lo que necesito se
encuentra en mi propio centro divino". El danda es una declaración
valiente: soy el centro de mi propio universo, la única causa de todo lo que
pasa en mi vida. Ninguna circunstancia exterior condiciona mi sentido interno
de quien yo soy. En mi Ser divino, ¡soy libre por siempre!
En nuestra propia vida, de forma similar, debemos
intentar vivir más en la espina. Mientras caminamos, mentalmente debemos llevar
un "danda". Como Paramhansa Yogananda nos cuenta arriba, sólo
aceptando toda la responsabilidad de quienes somos y de lo que nos pasa podemos
esperar cambiar nuestro destino. "Vive de ahora en adelante guiado por la
sabiduría divina del centro interior".
El
Yoga enseña que la espina dorsal es como un rio, cuya corriente fluye
constantemente, aunque la mayoría de las personas rara vez seamos consciente de
ello. La tarea principal de la práctica del yoga es fortalecer estas corrientes
y al mismo tiempo aumentar el sensitivo conocimiento de ellas. El verdadero río
del bautismo, ensalzado en muchas religiones por el acto simbólico externo del
baño, es la columna vertebral.
Enderezad el camino del Señor, dijo
San Juan Bautista. Siente el río de la
vida en la espina dorsal y dirige su flujo muy lentamente y deliberadamente
hacia arriba, al cerebro, hasta el punto entre las cejas. En ese momento siente
que tu río de energía y luz entra por fin en el gran océano de la luz cósmica.
Por otra parte, debe comprenderse
que todo esfuerzo espiritual conlleva el ofrecimiento del ego en el altar de
Dios, en el Ser Infinito.
Yoguis de las dos escuelas de Hatha
y Raja Yoga, a menudo cometen el error de pensar que la iluminación espiritual
depende solamente del esfuerzo del devoto, como si con el solo uso de la
técnica se pudiera alcanzar el Infinito. Una comprensión correcta de las
técnicas del yoga, sin embargo, no va en contra de la necesidad de
"kripa", la gracia divina, como condición "sine qua non"
(sin la cual) no puede recorrerse el camino espiritual.
Yogananda nos da la fórmula de
actuación: nuestro total esfuerzo representa el 25% del total necesario para
alcanzar la iluminación; el Gurú nos aporta otro 25% y el 50% restante debemos
atraerlo de Dios.
El objetivo más alto del Yoga es
simplemente poner al devoto en condiciones de poder recibir la cascada de
bendiciones del Espíritu.
Si la Gracia Divina no es experimentada
en la vida humana, no lo es a causa de la indiferencia divina, sino a que la
energía y la atención del hombre están en otra parte y no se dirigen
adecuadamente hacia su interior.
Parte II:
Posturas en la Meditación
Notas del libro “Come Si Medita” de Swami Kriyananda y del curso de
Raja Yoga
En
los siguientes párrafos del Bhagavad Gita, la escritura más sagrada de los
hindúes, se pone de manifiesto la extraordinaria importancia de la postura para
conseguir resultados en el progreso espiritual.
From the Bhagavad Gita (1:20) “He straightens
his spine by making his head straight, and by pushing his chest forward and
keeping his abdomen in. This position of
the spine, curved in the front and not in the back, is called the bow of
meditation, well strung and ready for battle with the senses.
Él endereza la columna
vertebral colocando su cabeza recta y empujando el pecho hacia delante y
manteniendo su abdomen hacia dentro. Esta posición de la columna vertebral,
curvada al frente y no en la espalda, se llama el arco de la meditación, bien
encordado y listo para la batalla con los sentidos.
Nayaswami Kriyananda
The devotee who
meditates with a bent spine does not get much Spiritual result because he
throws his spinal vertebrae out of.
order, thus squeezing the principal Centers of the spinal nervous system
which feed the senses. This pinching of
the nerves in the vertebrae is injurious to a clear sense perception of
material objects and also retards the flow of Life Force into the brain and
Spirit. Squeezed spinal nerves do not
feed the senses with the proper amount of conducting, outgoing energy necessary
to have clear sense perceptions.
Squeezed spinal nerve Centers obstruct the retirement of energy from the
senses to the brain.
El devoto que medita
con la espina dorsal curvada no obtiene muchos resultados espirituales, ya que
sitúa las vértebras de forma que comprime los principales centros del sistema
nervioso que alimenta los sentidos. Esta compresión de los nervios en las
vértebras es perjudicial para tener una percepción clara de los objetos
materiales y también ralentiza el flujo de fuerza vital hacia el cerebro y el
Espíritu. Los nervios espinales comprimidos no alimentan los sentidos con la
justa cantidad de energía conductiva hacia el exterior, necesaria para tener
claras percepciones sensibles. Los centros espinales comprimidos, también
impiden que la energía de los sentidos sea retirada hacia el cerebro.
Lo importante, en lo que respecta a
la postura del cuerpo en meditación, es que la columna se mantenga recta y el
cuerpo relajado. Está bien sentarse en una silla, con los pies apoyados en el
suelo. Sin embargo, hay una clara ventaja en sentarse en alguna de las
posiciones de yoga prescritas. Se ejercen ciertas presiones beneficiosas sobre
los nervios, induciendo la calma en el sistema nervioso.
Cada
una de las posturas de asiento tiene sus propios beneficios específicos.
La cosa más importante con respecto
a la posición en que debe meditarse es que la persona tenga la columna
vertebral derecha, sin apoyarse en ningún objeto (como el respaldo de una
silla, la pared o la cama), y que sea capaz de permanecer sentada cómodamente
sin ser distraída por dolores físicos.
Para aquellos que practican Hatha
Yoga hay cuatro posiciones que son útiles para la interiorización de la energía
del cuerpo durante la meditación.
Antes de describirlas, es importante
decir que el cuerpo físico de los occidentales, a menos que tengan una buena
práctica de Hatha Yoga, no se adapta fácilmente a estas posiciones. Por esta
razón, Yogananda sugiere una posición alternativa, igualmente válida y más
accesible para el practicante occidental. Puede ser explicada de la forma
siguiente:
Posición: Sentado en una Silla
Yogananda recomienda esta postura
para el hombre occidental, poco acostumbrado a sentarse en el suelo cruzando
las piernas.
a) Toma una silla cómoda con el
respaldo derecho y sin apoya-brazos, de altura tal que permita colocar los pies
planos sobre el suelo.
b)
Coloca sobre la silla una manta de lana de forma que cubra el respaldo,
el siento y se sitúe debajo de los pies. La lana aísla nuestro cuerpo de
ciertas corrientes existentes en el terreno que atraen nuestra energía hacia
abajo, además de la fuerza de gravedad. Para aumentar el aislamiento, se puede
colocar una pieza de seda sobre la manta.
c) Siéntate con la espina dorsal
derecha, sin tocar el respaldo, con el mentón paralelo al suelo y ligeramente
retraído hacia el interior. Puedes encontrar de ayuda colocar un cojín bajo las
nalgas con el objeto de encontrar una posición más relajada y derecha.
d) La mejor forma de colocar las
manos es situarlas con la palma hacia arriba en la unión de los muslos y
caderas.
e)
Los omóplatos deben llevarse ligeramente hacia el interior, abriendo el pecho,
sin que los codos toquen el cuerpo. El vientre debe estar ligeramente retraido.
Aquellas personas que practiquen
Hatha Yoga o simplemente sean capaces y prefieran adoptar una postura
sentándose sobre el suelo, pueden escoger una entre las distintas posiciones
clásicas. Estas posiciones presentan beneficios por diversas razones:
a)
mantienen el cuerpo en calma y firme;
b) al presionar ciertos nervios de las piernas ayudan al
meditante a alcanzar la calma;
c)
previenen de caer hacia adelante cuando el cuerpo se relaja profundamente.
Posición de Medio Loto: Ardha Padmasana
Las rodillas están
firmemente apoyadas en el suelo, dando estabilidad al cuerpo.
El pie derecho está
colocado sobre el muslo izquierdo.
Para alcanzar esta
posición se puede contar con la ayuda de un cojín, cuya altura y dureza
dependen del cuerpo y flexibilidad de la persona.
También puede usarse un banquito de madera especialmente diseñado al efecto.
También puede usarse un banquito de madera especialmente diseñado al efecto.
Posición de la Roca: Vajrasana
Muchos occidentales encuentran esta
posición muy cómoda, especialmente con la ayuda de un banquito, para prolongar
la meditación.
A fin de que las corrientes de
energía fluyan adecuadamente es importante apoyar el dedo gordo del pie derecho
sobre el izquierdo.
La altura y el ángulo del banquito
son fijados por las necesidades del cuerpo. Las manos deberán estar siempre con
la palma hacia lo alto a la altura de las caderas.
La postura de Vajrasana (firme
posición), desde un punto de vista de la meditación, ayuda a dar a la mente un
sentido de nishtha, firmeza.
Posición Perfecta: Siddhasana
Siddhasana (la posición perfecta), es considerada la postura clásica del Hatha Yoga.
El pie derecho se
introduce entre la pantorrilla y el muslo del pie izquierdo.
Las rodillas están
firmemente apoyadas sobre el suelo.
La presión sobre los
nervios hace que se pierda la sensación de tener dos piernas, fusionándose
éstas en un solo bloque.
Posición del Loto: Padmasana
Pie derecho se coloca sobre el muslo
izquierdo y, a continuación, con ayuda de las manos, se pasa el pie izquierdo
sobre muslo derecho.
Esta postura es la más difícil de
alcanzar para el occidental.
En la fotografía siguiente, extraída de la
Autobiografía de un Yogui, editada por Ananda, se muestra a Yogananda, aun
joven, junto a otros devotos, perfeccionando asana.
Parte III:
Evolución y aportación personal del autor
Mi experiencia
personal con Asana ni es, ni ha sido fácil.
En la infancia
trabajé duramente en el campo con mi abuelo transportando cestos de hierba que
rebasaban mis posibilidades.
En la adolescencia
salí volando de una pista de patinaje y me incrusté en las gradas quedando
inmóvil, sintiendo que dejaba este mundo, sin poder moverme con mi columna
fuertemente afectada. Esta lesión de columna, que mantuve en secreto a mi
familia en aquella época, para no aumentar los problemas familiares, me ha
acompañado a lo largo de mi vida.
La práctica
posterior, en la edad madura, de karate y golf, de forma más violenta de lo
debido, agrandaron los efectos de la lesión.
Pocos años antes del
inicio de mis experiencias meditativas mi situación era patética: dolores en la
espalda casi constantes; dificultad para afeitarme, vestirme o caminar; un
pinzamiento en el nervio ciático dejaba mi pierna izquierda casi fuera de uso.
Cualquier esfuerzo me dejaba agotado.
Llegado un punto,
desilusionado con los servicios médicos, tras siete años de tratamientos,
decidí ocuparme personalmente de mi problema. Busqué la forma de arreglar mi
columna tratando de encontrar los ejercicios que mejor me sentaban y así, poco
a poco, fui alcanzando una situación física cada vez más favorable. Por aquel
entonces me vi obligado, por otras razones de salud, a investigar el tema de la
dieta leyendo todo lo que aparecía en mis manos: dieta de la zona, dieta del
grupo sanguíneo, los equilibrios entre los ácidos omega-3 y omega-6, los
oligoelementos...
Extrayendo lo mejor de cada una, conformé una
dieta, una forma racional de alimentar el cuerpo, que me dio un elevado
rendimiento físico y una recuperación total de mis dolencias. También me ayudó
con respecto a la columna, aunque este problema sigue afectándome hoy en día.
La diferencia ahora, es que casi con la misma rapidez que entro en
dificultades, he aprendido a solventarlas.
Ahora recoloco con
cierta facilidad mis vertebras siempre que cambian su posición causándome
dolor.
Mi nombre de pila es José Luis. José, padre de Jesús,
como indica la tradición, fue carpintero. He de decir que me encuentro a gusto
en un taller de carpintería y de hecho, hace poco tiempo, he terminado de
construir un pequeño taller, que denomino “Taller Lahiri Mahasaya”, y cuya
finalidad es la construcción de banquitos de madera, especialmente diseñados
para la meditación y también, la fabricación de “apoyacodos” para facilitar la
técnica del Om.
Considero la postura
de un yogui, en meditación, impresionante. Transmite calma, serenidad y, al
mismo tiempo, un poder sobrenatural. La imagen del Gurú en el inicio de este
trabajo, lo refleja claramente.
Aunque los problemas
citados anteriormente me ocasionan dificultades para adoptar una postura
perfecta, me esfuerzo diariamente en mejorarla. Para ello, a lo largo del
tiempo, en estos últimos años, he ido diseñando y construyendo pequeños
banquitos que me ayudan a evolucionar y mejorar en mi asana.
El modelo 57 de la
figura posee una ligera inclinación hacia adelante para facilitar la postura.
Las rodillas no precisan apoyarse en el suelo y la altura del asiento permite
colocar los pies debajo de él.
Puede ser utilizado con
las piernas cruzadas o bien, adoptando la postura de Vajrasana, en cuyo caso,
no debe olvidarse colocar el pulgar del pie derecho sobre el izquierdo.
Una variación de este
modelo lo constituye el modelo 55, cuya
peculiaridad es disponer de superficie curvada en el apoyo. Por lo demás,
responde a las características del anterior.
Presenta la ventaja de
acomodar mejor la inclinación de asiento a las necesidades del devoto. Debido a
la considerable altura, se hace recomendable para personas con problemas en las
rodillas y pies.
Con el tiempo vi que
cada vez precisaba menos altura, por lo que comencé a experimentar diferentes
tamaños y formas. Así aparecieron diversos prototipos.
A menor altura de
asiento correspondía un mayor apoyo de las piernas en el suelo.
Cuanto mayor era la
superficie de apoyo, mayor era la estabilidad y menor la presión ejercida por
el cuerpo sobre los puntos de apoyo y, como consecuencia, mayor era el tiempo
de inmovilidad.
Pude observar que con
el paso del tiempo el banquito que estaba utilizando me quedaba un poco alto.
Mi cuerpo, al ir acostumbrándose a la postura yóguica, necesitaba cada vez
menos altura. Así, disminuyendo de uno a dos centímetros cada año, fui
evolucionando.
El modelo 44, además
de la disminución de altura, incorpora una oquedad en el asiento a fin de
facilitar la posición de los talones de los pies una vez cruzados bajo el
asiento.
Viendo la diversidad de personas, un día,
mientras estaba construyendo uno de los bancos, me vino la idea de fabricar
todas las tallas, desde la más alta hasta la más baja. De esta forma,
cualquiera que estuviera interesado podría encontrar el banquito adecuado. Así
diseñé diversas formas de asiento y diversas alturas. El paso de los años ha
hecho buena esta idea.
A fin de disminuir el
peso comencé a perforar algún asiento. Al meditar sobre asientos perforados
observé que el cansancio y la molestia aparecían más tarde. Probablemente, el
facilitar la circulación sanguínea causaba este efecto. Así, buscando un efecto,
encontré otro más interesante.
Aparecieron modelos que ayudaban a adoptar la
postura de medio loto e incluso de loto.
Defiendo el uso del
banco de madera frente al cojín. No quiero con esto desmerecer la ayuda que los
cojines representan para muchas personas. Pero la situación es semejante a la
que ocurre con una bicicleta de paseo y la de un profesional. La bicicleta
ordinaria posee un cómodo sillín, incluso con muelles y bien acolchado; la
bicicleta del ciclista profesional posee un sillín de reducido tamaño, carece
de muelles y es duro y resistente. Sería imposible hacer 200 km en el sillín de
una bicicleta convencional. Cierto es que el uso del sillín profesional causa
dificultades los primeros días, pero pasado un tiempo de práctica, muestra sus efectos
beneficiosos. Lo mismo ocurre con el banquito de madera: duro y firme al
principio; después, con la práctica constante, libera sus bendiciones.
La inclinación variable
que permite la forma curvada de las patas permite adaptar la inclinación de la
columna de tal forma que pueda estar derecha y, al mismo tiempo, relajada. Si
estamos demasiado inclinados hacia adelante, habrá tensión en la espalda y el
pecho estará menos abierto. Si estamos inclinados hacia atrás, la parte baja
del abdomen no podrá hincharse con facilidad y las piernas, a la altura de los
muslos, presentarán cierta tensión. El apoyo de los pies sobre el suelo debe
tener la máxima superficie y estar bien cómodo y relajado.
Ahora medito sobre un
banco perforado y parece que mi evolución con respecto a la altura se ha
estabilizado. He encontrado en la postura perfecta (siddhasana), la perfecta
postura para mi.
En mi sala principal de meditación, solo posando, sin meditar.
Como sabemos, la ropa que
usamos influye en nuestro aura, así como el color de las paredes donde
habitamos. El uso de la seda está muy recomendado para aislar el cuerpo durante
la meditación. Siempre que puedo hago uso de una seda azul, adquirida en
Rishikesh, para aislarme del suelo. Siento atracción por este color desde hace
un buen tiempo. Dado que los colores del ojo espiritual son el dorado, el
blanco y el azul (”dorada aureola adorna el fondo azul y en el centro una
estrella de blanco color”- dice la canción) tomé la decisión de utilizar
preferentemente en mi ropa y en las paredes de las estancias de mi uso en la
casa, los colores blanco y azul. Cuando Swamiji diseñó el azul para el
Nayaswami me congratulé. Meditando una
tarde en las afueras del Templo de la Luz en Assisi, una devota (Letizia) me
tomó dos fotografías sin yo percibirlo. Me las envió por correo electrónico y,
cuál fue mi sorpresa, al observar una tenue aura azul alrededor del cuerpo.
En las afueras del Templo de la Luz, en Ananda Assisi, en meditación profunda
El teléfono, dotado
de circuitos electrónicos capaces de captar una amplia gama de ondas
electromagnéticas, ha podido ver algo que el ojo humano no percibe
corrientemente. Naturalmente estaba meditando sobre un banquito de madera, el
de la figura superior, al cual estoy muy agradecido por permitirme ahondar en
los misterios del silencio. La seda azul, seguro que ha estimulado la formación
y percepción del aura.
A continuación se muestra el contenido de
un cuadro que adorna el Taller Lahiri Mahasaya, en el cual se pone de
manifiesto el uso que el gran Yogui hacía de un banquito de madera.
AUTOBIOGRAFÍA DE UN YOGUI
Del
Capítulo Uno....
El
fotógrafo, sorprendido, descubrió que la placa en la cual aparecían las
imágenes de todos y cada uno de los del grupo, solo presentaba un espacio en
blanco en el lugar en que debía figurar la imagen del Maestro LAHIRI
MAHASAYA.
Este fenómeno fue ampliamente comentado
y discutido.
Cierto estudiante, que a la vez era un
experto fotógrafo, Ganga Dhar Babú, alardeó diciendo que la fugitiva imagen del
Maestro no se le escaparía a él. Al día siguiente, cuando el Gurú estaba
sentado en la postura del loto, sobre un taburete de madera con
un biombo tras él, llegó Ganga Dhar Babú con todo su equipo y tomó todas las
precauciones que el caso requería para tener un buen éxito. Tomó doce
exposiciones distintas. En cada una encontró la impresión del taburete de
madera y del biombo, pero, una vez más, la fugitiva imagen del Maestro
había desaparecido.
Paramhansa Yogananda
Kalyan Recio