Lago de Enol
Han pasado raudos 20 años desde mi primera ascensión a Los Lagos. Fue justo antes de mi destino en Brasil, en 1996. En aquella ocasión mis compañeros de expedición me sacaron en la cima alrededor de media hora; alternaba trechos a pie y trechos en bicicleta sintiéndome muy escaso de fuerzas. El viernes pasado, 9 de septiembre de 2016, como si tuviera veinte años menos, di cuenta de la subida de una manera mucho más favorable. No cabe duda de que la realización de 800 km desde Roncesvalles a Santiago por el Camino Francés y 500 km desde Oviedo a Fisterra, pasando por Muxia, siguiendo el Camino Primitivo a Santiago, han tenido su beneficiosa influencia.
En este punto, próximo al Mirador de la Reina, con la famosa Huesera casi liquidada, nos detuvimos unos minutos para aliviarnos y tomar un refrigerio. Fue nuestra única parada hasta la cima.
Mi compañero de expedición, Victorius, alcanza las últimas rampas.
Rebasado el Lago Enol continuamos hasta el Lago Ercina
Vista del parking. No existía en mi primera ascensión.
A la derecha se vislumbran senderos tentadores. El paisaje, grandioso.
Al fondo el Lago Ercina. Múltiples senderos jalonan en monte. Estamos en lo más alto.
Meta cumplida.
El parking del Lago Ercina estaba al completo.
El único Bar fue la única nota negativa en nuestra "gloriosa gesta". A los baños desatendidos, a pesar de nuestro requerimiento, sin jabón, toallas para secarse o papel para el baño, se debe añadir una comida con una relación calidad precio por debajo de lo habitual.
Encontramos un niño de nueve años, Gabriel Mur, que había realizado la hazaña de la ascensión completa de los Lagos.
Y no se mostraba cansado.
A pesar de la corta edad, manifestaba su intención de hacerse profesional de la bicicleta.
Paisajes en el entorno del Lago Ercina
Finalizado el descanso y repuestas las energías iniciamos el descenso.
Al fondo La Basílica de Covadonga. Om