miércoles, 7 de junio de 2017

Retiro Intensivo sobre Nutrición Yóguica



Retiro intensivo
CLAVES DE LA ALIMENTACIÓN NATURAL
“NUTRICIÓN: UNA CUESTIÓN DE EQUILIBRIO”
Viernes, 30 de Junio; Sábado, 1 de Julio y Domingo, 2 de Julio
  
Las modernas teorías nutricionistas solo pueden sorprenderse y reverenciar el acierto de los conocimientos ancestrales que los yoguis de la India (concretamente Paramhansa Yogananda, el autor del inspirador libro “Autobiografía de un Yogui”), revelan acerca de las necesidades nutricionales del ser humano.

La nutrición es una cuestión de equilibrio. No existen nutrientes esencialmente buenos ni malos. Todo nutriente puede resultar beneficioso o perjudicial dependiendo de ciertos factores. Incluso un veneno, en pequeñas dosis, puede producir una reacción positiva.

El retiro, tras una introducción general sobre las claves de la alimentación natural, está estructurado en el análisis de cinco equilibrios fundamentales:

Equilibrio Insulina-Glucagón
El estudio de las fuentes, propiedades y efectos que producen los carbohidratos y las proteínas, permite comprender los mecanismos que nos llevan a engordar, adelgazar, mantener el peso , enfermar o disfrutar de buena salud. La adecuada selección, cantidad y proporción de estos dos macronutrientes, permite corregir disfunciones y preparar las bases que conducen a una buena salud.
Es frecuente escuchar que los azúcares son perjudiciales, ya que, entre otras cosas, estimulan el desarrollo de una flora intestinal no deseada. Curiosamente, la glucosa, componente de la mayoría de los carbohidratos, es nuestra principal fuente de energía. El problema no es la glucosa, sino la velocidad con que ésta es asimilada.
El equilibrio insulina-glucagón tiene por objeto enseñar como disponer de la máxima cantidad de glucosa en sangre (lo que nos vuelve más activos, seguros e inteligentes) sin que el páncreas inunde el torrente sanguíneo de insulina (lo cual ocasiona múltiples problemas a corto y largo plazo).

Equilibrio Omega 3 - Omega 6
Para enmascarar el enorme efecto nocivo de las grasas “trans”, y en menor medida de los aceites refinados, la industria alimentaria ha culpado sistemáticamente a las grasas saturadas de los problemas que aquellas otras causaban.
Si bien es cierto que el exceso de grasas saturadas, como el exceso de cualquier nutriente, es perjudicial para la salud, también es cierto que, dada la naturaleza de las membranas celulares y de nuestro sistema nervioso, un adecuado equilibrio entre grasas saturadas, monoinsaturadas y poliinsaturadas es absolutamente necesario para disfrutar de una salud permanente.
Los eicosanoides, pseudohormonas que se generan en todas las células del organismo, se revelan como la manifestación material más directa de la energía vital. Se generan a partir del ácido alfa-linolénico (omega-3) y del ácido linoléico (omega-6). Es preciso conocer el delicado equilibrio que se establece entre estos dos ácidos grasos y el omega-9, procedente del consumo de aceite de oliva, para comprender como nuestra salud puede empeorar o mejorar modificando ciertos parámetros. La publicidad engañosa nos muestra el colesterol como el enemigo número uno. Es curioso que nuestro organismo produce y necesita a diario cantidades notables de esta sustancia. Son los tromboxanos de series pares, que se generan cuando la dieta ha sido rica en carbohidratos y omega-6, los causantes de la precipitación y depósito del colesterol, pero este conocimiento no aparece en los anuncios televisivos.
El equilibrio entre omega-3, omega-6 y omega-9 que se ofrece en el retiro, desvela el secreto de una salud que, rápidamente se manifiesta y agradecen todas las células del organismo.

Equilibrio ácido-alcalino
Paramhansa Yogananda indicaba que, en el futuro, serían cada vez más valorados los jugos de frutas y verduras. Hoy parece que estamos sumidos en la revolución de los batidos verdes.
Aunque el organismo humano es alcalino, generalmente el metabolismo de muchos alimentos es ácido.  
Acidez en el organismo es sinónimo de enfermedad: gota, cáncer, tumor maligno. Por esa razón es necesario conocer el comportamiento ácido o básico de un alimento a fin de conseguir el adecuado equilibrio. De esta forma se puede garantizar, con permiso de la herencia kármica, una vejez saludable.
Un efecto secundario que conlleva la utilización de este equilibrio es una enorme reducción del tiempo dedicado a la cocina.

Equilibrio Gúnico
Con el equilibrio anterior, relativo al control de la acidez en el organismo, el individuo comienza a separase un poco de su identificación con los alimentos, es decir, con su cuerpo físico. Con el equilibrio gúnico comienza a despertarse su inquietud espiritual.

La Naturaleza, desde el principio de la Creación, está imbuida de tres cualidades: Tamas, Rajas y Sattwas. Estas tres cualidades se manifiestan en todo lo creado, incluidos los seres humanos y los alimentos.
El conocimiento de estas cualidades y de su manifestación en los alimentos, puede permitirnos, como ejemplos, calmar la actividad del hiperactivo, estimular al perezoso o desarrollar la calma espiritual.

Equilibrio Pránico
Este equilibrio permite depender, cada vez menos, del alimento y cada vez más, de aquello que realmente le da y le sostiene la vida: la energía vital o prana.
Representa un amplio panorama de técnicas que enseñan, en su expresión más elevada (el Kriya Yoga), como nutrirse directamente del prana circundante en una progresión constante y gradual.
Los Ejercicios de Energetización, contribución única de Paramhansa Yogananda a la Ciencia del Yoga, permiten en tan solo quince minutos una recarga general de todas las partes del cuerpo humano.
Si bien los equilibrios anteriores hacían especial hincapié en el alimento idóneo para el cuerpo, en este equilibrio el alimento para la mente y para el espíritu constituyen el objeto de estudio.
La respiración, el pensamiento positivo, la meditación, Kechari Mudra, el Kriya Yoga no caen fuera de la vista en este equilibrio.

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