INTRODUCCIÓN
La lengua se encuentra en posición de kechari
mudra cuando ha rebasado la úvula en un movimiento de retroceso y se sitúa,
hacia arriba, dentro de la cavidad nasal.
La punta de la lengua se encuentra unida por su parte inferior central al
suelo de la boca por el pliegue denominado frenillo.
Para poder conseguir kechari mudra es conveniente suavizar la tensión mediante
el ejercicio de calentamiento que se sugiere más adelante en el método “Kechari
Mudra es Fácil”. Frente a la indicación de muchos instructores en la India
relativa a efectuar cortes en el frenillo, Paramhansa Yogananda hizo hincapié
en todo lo contrario. El frenillo es necesario para permitir la circulación de
ciertas corrientes vitales cuando se encuentra en la posición de kechari.
Kechari
mudra es considerado por
muchas personas como uno de los mudras más difíciles de obtener. También es
común pensar que tener una lengua larga es condición necesaria para obtener
éxito. Creo que ambas consideraciones pueden modificarse. La dificultad de la
obtención del mudra está notablemente disminuida cuando puede conocerse al
detalle el proceso de entrada de la lengua en la cavidad nasal, lo cual queda
detallado claramente en este método. Por otra parte, tener una lengua larga,
aunque es muy útil en la posición de kechari al alcanzar los puntos más
elevados de la cavidad nasal, no garantiza que sea más fácil obtener el mudra. Yo
no tengo una lengua larga; más bien es corta y, sin embargo, he conseguido
hacer kechari mudra. Al
principio necesitaba la ayuda de los dedos y un espejo, y posteriormente, poco
tiempo después, mientras me rasuraba frente al espejo pude observar como la
lengua superaba sola la úvula para entrar en kechari. Desde entonces, nunca más
he vuelto a emplear los dedos.
He tardado mucho tiempo en conseguir
acceder a la posición de kechari -trece meses- y creo que la razón de la
tardanza estuvo en el desconocimiento del desarrollo de la etapa decisiva de
entrada de la lengua en la cavidad nasal. Probablemente mi lengua estaba
suficientemente educada para haberlo logrado mucho antes, pero ese desconocimiento
me tuvo largo tiempo a las puertas del Kechari. La parte esencial de este
método radica precisamente en mostrar con claridad esta fase de entrada y
facilitar los ejercicios que han de permitir a la lengua obedecer las
instrucciones de la mente.
He de agradecer la ayuda e
información recibida a este respecto. Siguiendo el orden cronológico, fue el
devoto amigo espiritual Alfonso, en un
retiro en Ávila, quien me mostró por primera vez lo que era kechari mudra y me dio las primeras instrucciones.
El hecho de su cercanía - era uno de nuestro grupo de meditación de León - y
ser él, el primero en obtenerlo, fue muy estimulante para mí. Si él lo había
conseguido, yo debía también esforzarme por conseguir la misma gracia del
Maestro.
Meses después, mientras visitaba la
India del Sur, a los pies del sagrado monte Arunachala (fotografía al inicio), que antaño visitara el
Maestro, otro devoto de León, José Antonio, también tomó conmigo la decisión de
conseguir kechari mudra.
Compañeros de habitación en la peregrinación, practicábamos todo el tiempo que
teníamos libre. Bakthan primero y Premi después, nos brindaron valiosa
información que comenzamos a poner en práctica.
A pesar de todo, desde el primer
momento, sentí que faltaba algo -había visto la lengua bien fuera o bien ya
dentro de la cavidad nasal- pero no había observado como entraba. Así pues,
tomé la decisión de educar adecuadamente mi lengua, para que obedeciera mis
instrucciones y pudiera alcanzar a voluntad la posición del mudra, incluso sin
la necesidad de usar dedos.
Si pretendía realizar algún
movimiento con la lengua y observaba en el espejo que ésta rehusaba hacerlo o
experimentaba dificultad, entonces practicaba muchas veces el movimiento en
cuestión, hasta volverlo sencillo y accesible. Así fueron apareciendo nuevos y diversos
ejercicios, además de practicar todos los que me habían enseñado.
Mis intentos de conseguir kechari mudra, pasados muchos meses de prácticas,
eran infructuosos. A veces introducía mis dedos y mi lengua o una cuchara,
garganta adentro hasta el punto de no poder respirar ni por la boca ni por la
nariz. Otras veces llenaba de aire los pulmones y exhalaba el aire bruscamente
por la nariz para intentar arrastrar la lengua hacia el interior. Me di cuenta,
con el tiempo, que estaba obligando demasiado enérgicamente a mi lengua a
entrar.
Pasado un año de práctica, mientras
realizaba los ejercicios en la tarde de un viernes, me dije: “Bien, ya he
practicado bastante; he de conseguir hoy kechari mudra”.
Y, después de pasar fugazmente por mi mente el pensamiento -y si no lo
consigo, abandono la práctica- me vi, entonces, pronunciando con energía y en
voz alta, las siguientes palabras:
“SI HOY NO LO CONSIGO,
CONTINUARÉ PRACTICANDO TODOS LOS DÍAS DE ESTA VIDA
Y, SI ES PRECISO, CONTINUARÉ EN LA SIGUIENTE”.
CONTINUARÉ PRACTICANDO TODOS LOS DÍAS DE ESTA VIDA
Y, SI ES PRECISO, CONTINUARÉ EN LA SIGUIENTE”.
Con suavidad y calma, en la tarde de ese día, Viernes Santo de
2011, mi lengua se introdujo, para mi gran regocijo, por primera vez, en el
interior de la cavidad nasal. Comprendí, en ese último momento la importancia
de no forzar la lengua, de tratarla con suavidad; en esencia, de aplicar ahimsa.
Verdaderamente, creo que es fácil obtener kechari mudra, -conocido el método-, ya que el
desconocimiento de la fase crítica es, en mi opinión, el mayor obstáculo. Ahora
bien, educar la lengua puede llevar mucho tiempo y requiere paciencia y
determinación. La dificultad de conseguir kechari mudra se reduce entonces al esfuerzo que
debe realizarse para educar la lengua.
En el poco tiempo que he tenido, hasta ahora, para mostrar el
método, he de decir que he encontrado personas que tenían una lengua educada,
que antes no habían conseguido hacer el Kechari, y que, ahora, a la vista del
método, en unos minutos pudieron lograrlo. Otras personas necesitaron tan solo
unos días o unas pocas semanas.
Tener una lengua corta no debe ser una escusa
para no intentar el mudra. Una
lengua corta quizás pueda educarse más fácilmente que una grande. De hecho, he
observado personas con lengua grande con dificultades para su dominio. Lo que
no quiere decir que sea un obstáculo; que la lengua sea larga es bueno y
necesario para que, dentro de la cavidad nasal, alcance los puntos más elevados
y profundos.
La determinación por obtener el Kechari es de vital importancia,
así como la práctica diaria, la devoción y la oración al Gurú.
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