¿Por qué algunos yoguis son tan longevos?
La neurociencia contemplativa es una rama de la neurociencia que se ocupa de los cambios estructurales y funcionales del cerebro como consecuencia de la práctica meditativa. Recientes estudios indican que la meditación estimula la generación de la enzima telomerasa.
En el año 2009, en una visita a los Himalayas con el grupo de Ananda, tuve la ocasión de conocer a un yogui centenario, Swami Paramananda; unas fuentes hablaban de 112 años, otras de 117. El aspecto del yogui puede apreciarse en la fotografía adjunta
2009 Swami Paramananda |
Durante el mismo viaje, unos dias después, en la visita al Ashram de Ananda Moi Ma, para honrar la tumba de la santa, encontré un magnifico libro en español que describía la vida de esta crística mujer.
De regreso a España, durante la lectura del libro en un pasaje milagroso alrededor de 1935 aparecía una referencia a un joven swami llamado Paramananda. también encontré un apartado dedicado expresamente a este swami donde se relataba el gran aprecio que Ananda Moi Ma tenía sobre sus capacidades organizativas.
¿Estaría tratándose del mismo swami?
En el año 2013 pude repetir mi visita a los altos Himalayas visitando las cuevas y santos lugares donde por largo tiempo y profundamente habían meditados los antiguos rishis. Una vez más, nuestro guía nos condujo al nuevo asentamiento de Swami Paramanda. Le conté la historia del libro y le pregunté claramente si el era el swami de esa história. Su respuesta fue afirmativa indicando además que había permanecido en la compañía de la santa durante 10 años. Después me interesé por su edad preguntandole cuando había nacido. Su respuesta fue "eighteen eightynine". Así pués, había nacido en 1889. Por lo tanto, su edad en ese momento era de 124 años.
Swami Paramananda en 2013 |
La enzima telomerasa ha sido descubierta por la ciencia recientemente. Se sabe que está relacionada con procesos de regeneración de tejidos y con el mantenimiento de la longevidad. Cuando una célula ha vivido cierto tiempo se divide y en la división que los cromosomas sufren se produce un desgaste en el extremo del cromosoma que está protegido por una secuencia de aminoácidos que conforman lo que se denomina un telómero. Con cada división celular el telómero se acorta y cuando se termina, generalmente al cabo de unas 24 divisiones, la célula ya no se divide más y se muere.
La enzima telomerasa, tomando una secuencia telomérica, repone el desgaste de los telómeros cromosomáticos de tal forma que la célula puede dividirse de manera indefinida mientras el telómero no se consuma completamente.
Esta es una de las razones, pero no la única ni la más importante, por la cuál las personas que meditan en profundidad parecen rejuvenecer en primera instancia y ralentizar su envejecimiento posteriormente.
En el próximo capítulo del Arte de la Meditación, cuando hablemos de las ondas cerebrales, comprenderemos algo más acerca de la longevidad de los yoguis.