domingo, 29 de marzo de 2020

El Método "KECHARI MUDRA es fácil": SEGUNDA PARTE / Anatomía y fisiología de la zona / EL SENTIDO DEL OLFATO



EL SENTIDO DEL OLFATO

El sentido del olfato, aunque es el primero que aparece en la escala evolutiva, ha sido poco estudiado en el ser humano debido a que su ausencia no implica graves problemas para la salud. Últimamente, debido a su relación con la obtención del premio Nobel en 2004, su interés se ha visto acrecentado.
La diversidad de olores que se puede percibir es muy grande, entorno a los diez mil. Sin embargo, el número de tipos de receptores es muy reducido: tan solo siete. Los distintos olores que pueden captar estos siete receptores son: alcanforado, almizclado, etéreo (olor de productos de limpieza en seco), floral, mentolado, picante y pútrido.
En el epitelio de la pituitaria amarilla una primera neurona recoge el estímulo sensorial que transmite a lo largo de un prolongado axón. Unas treinta mil neuronas de todo el epitelio fusionan sus axones conformando una treintena escasa de nervios que dan lugar a los nervios olfatorios. Estos nervios atraviesan la zona cribosa del etmoides por unos pequeños orificios trasmitiendo el estímulo olfatorio hacia los dos lóbulos del bulbo olfatorio. Las neuronas del epitelio de la pituitaria amarilla, que pueden verse afectadas por diversos factores externos, tienen una gran capacidad de regeneración. La estimulación olorosa contribuye poderosamente en este sentido.

Los dos lóbulos del bulbo olfatorio descansan sobre la parte superior de la zona cribosa del hueso etmoides. En cada bulbo olfatorio, cada nervio procedente de la cavidad nasal transmite su señal a una segunda neurona en unas estructuras denominadas glomérulos. Este reducido grupo de neuronas conduce sus axones a través del tracto olfatorio dirigiéndose hacia los trigonos, para dividirse conformando tres estrías a cada lado que alcanzan las diversas partes del cerebro.
La estría lateral, la más externa, lleva el estímulo oloroso al córtex olfatorio primario, que incluye la corteza piriforme y la zona periamigdaloida y que permite la distinción de los distintos aromas.  El córtex olfatorio primario recibe la información del bulbo olfatorio y de otras regiones cerebrales. También envía información a través de nervios eferentes hacia la amígdala y el tálamo.
La estría intermedia transmite la información internándose por el espacio perforado anterior. De esta zona, información eferente se dirige hacia el hipocampo y el lóbulo frontal.


La estría interna conecta con el área septal. Esta área recibe fibras aferentes no solo del bulbo olfatorio sino también del hipocampo a través del fórnix, de la amígdala y de la corteza prefrontal y envía, además, información eferente hacia el hipotálamo. Esta comunicación con el hipocampo y el hipotálamo parece que influye en la regulación e inhibición del sistema límbico y en el nivel de alerta del organismo. Posee neuronas que son centros de orgasmo, teniendo los hombres a este respecto un solo centro y las mujeres, cuatro.
Una tercera y última neurona de la transmisión olfativa es la que completa la información sensorial tanto en su aspecto cualitativo como en intensidad llevando la información a su destino de procesamiento: amígdala, hipocampo, tubérculo olfatorio, corteza entorrinal y córtex piriforme. 



 
Sobre la amígdala y el hipocampo se da amplia información más adelante en el sistema límbico. El tubérculo olfatorio recibe información de las regiones alcanzadas por el estímulo sensorial, regulando las emociones. La corteza entorrinal posee gran conexión con el hipocampo actuando como un puente de conexión entre éste y otras áreas del cerebro. Recibe información aferente procedente de la amígdala. El córtex piriforme está relacionado con la memorización de los olores. Aquí es donde se inicia el procesamiento de los olores: a través de la conexión con el tálamo, los olores se relacionan con la función sexual (feromonas) o el gusto o aversión por los alimentos; mediante la conexión con el neo córtex somatogustativo orbitofrontal, se reúnen las informaciones sensoriales olorosas, gustativas y táctiles de la lengua. Los estudios científicos parecen indicar que el córtex piriforme puede actuar como archivo de recuerdos a largo plazo, bajo la dirección del córtex frontal (tercer cerebro).
Al bulbo olfatorio llegan también nervios sensoriales aferentes que proceden del hipotálamo y otras regiones altas del cerebro, como el córtex frontal, cuyos nervios eferentes envían información al tálamo e hipotálamo y que son los causantes de la acomodación a los olores cuando perduran en el tiempo, o de la inhibición o agudizamiento cuando se consideran respectivamente, inofensivos o peligrosos.





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